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Barcelona borró una línea de bus de Google para que los turistas no la saturasen. Los turistas le han dicho "buen intento"

El servicio de transporte metropolitano de Barcelona ha descubierto algo que el mercado inmobiliario de la ciudad sabe desde hace tiempo: la presión turística no siempre es fácil de compaginar con el día a día de los residentes. En un intento desesperado por acabar con la saturación del bus 116, una ruta utilizada por vecinos, pero también por miles de turistas que la usaban para visitar Park Güell, hace un año el Ayuntamiento consiguió que la línea desapareciese de los itinerarios recomendados de Google Maps. Y funcionó. Sin visibilidad en redes, la demanda pareció relajarse.

El problema es que al menos parte de los turistas que antes abarrotaban el autobús 116 parece haber repercutido en otras rutas con las que pueden llegar también a Park Güell. Los vecinos que las usan para ir al trabajo o el colegio ya están advirtiendo de que la saturación afecta a su día a día.

Borrar un bus del mapa. Suena drástico, pero eso es lo que hizo el año pasado el Ayuntamiento de Barcelona: logró que el bus 116 desapareciese del mapa para los millones de turistas que visitan cada año la ciudad. O lo que es lo mismo, que dejase de figurar en los itinerarios recomendados de Google Maps. El motivo: aunque el 116 es un pequeño bus de barrio, con capacidad para unas 20 personas, su recorrido pasa muy cerca de Park Güell, un icono de Barcelona que recibe al año más de cuatro millones de visitantes.

La combinación de escaso aforo y alta demanda hizo que el 116 se saturase con frecuencia para asombro de los turistas y enfado de los residentes, que necesitan el bus para ir al trabajo, la universidad o hacer la compra. El Ayuntamiento probó a aumentar las frecuencias y reforzar el número de buses que cubrían la ruta, pero de poco sirvió. Al final optó por otra treta: «invisibilizarlo» en Google Maps.

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¿Y sirvió? Más o menos. La afluencia de turistas bajó de forma clara. Tanto, que lo reconocía el propio conductor del bus: «Ha sido desaparecer de Google y cambiar radicalmente». Incluso los vecinos, escépticos al principio con aquella estrategia, comprobaron el cambio. El problema es que la presión turística sobre el servicio de transporte urbano no parece haberse solucionado. Más bien se ha redistribuido hacia otras líneas alternativas. O eso al menos es lo que se deprende de los datos que acaba de publicar elDiario.es.

Pendientes del 24 y V19. Su información, basada en los balances de pasajeros de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), muestra que mientras la afluencia de viajeros caía en el bus 116 se incrementaba en otras rutas que también pueden usarse para llegar al Park Güell, como la 24 y V19. Los porcentajes son desde luego elocuentes.

Mientras entre 2023 y 2024 el título «Hola Barcelona» (el abono para visitantes) anotó una caída del 86% en el bus 116, en la línea 24 las validaciones de ese billete se incrementaron un 32%. En lo que respecta a la V19, en 2024 transportó a más de seis millones de personas, un 10% más que en 2023, con más de 19.000 validaciones en días laborales. Precisamente para evitar su saturación y mejorar el servicio TMB reforzó varios tramos los fines de semana.

¿Se ha movido el problema? TMB descarta que se haya producido un trasvase de pasajeros, aunque hay vecinos que se quejan de eso mismo: de que la presión que antes asfixiaba el bus 116 se ha trasladado a líneas como la 24.

«Muchas veces no he podido subir porque cuando hay tantos turistas ni siquiera abren las puertas», reconocía hace unos días a elDiario.es una estudiante barcelonesa que coge el bus a diario para ir a la universidad. «Por la mañana ya va lleno. A veces llego tarde porque, con tanta gente, no puedo subir al bus», comenta otra vecina de La Salut sobre el itinerario 24. Hay quien matiza que el problema en realidad viene de atrás.

Una ecuación compleja. Más allá del posible trasvase de turistas que hasta el año pasado recurrían al 116 para visitar Park Güell, en juego entran otros factores, como el aumento en la demanda general del transporte urbano o el turismo.

Los datos de ATM muestran que en 2024 el uso del transporte público en el área metropolitana de Barcelona creció un 7%. El año fue también bueno para el turismo, con 15,5 millones de visitantes. El dato es prácticamente idéntico al de 2023 (anotó una ligerísima caída del 0,7%), pero llegó acompañado de un repunte notable del 8,7% en el gasto por persona.

La gran amenaza. La saturación en su día del bus 116 y la presión en otras líneas usadas por los turistas para visitar Park Güell, como el 24 o V19, es un desafío por partida doble. Primero por el impacto en el servicio y para los vecinos de la Ciudad Condal. Segundo, porque esa presión repercute en el atractivo de Barcelona como destino.

ElDiario.es hablaba hace unos días con una familia de viajeros búlgaros que reconocía su sorpresa tras subirse al 24 en Plaza de Catalunya: «Está llenísimo, qué agobio». Si a pesar de todo recurrían al servicio, explicaban, era por su «comodidad» para llegar a Park Güell. La masificación de puntos como Mallorca, Canarias o la propia Barcelona ha llevado a la popular guía de viajes Fodor´s a citarlos en su «No list 2025», una especie de antiguía en la que sus expertos citan destinos que se arriesgan a morir de éxito.

Imágenes | Stay Grounded (Flickr) y M.Peinado (Flickr)

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