Hay un dato que resume el drama que afronta EEUU por los aranceles a China: un 60% menos de reservas en contenedores de barcos
La guerra comercial no solo se deja sentir en las bolsas y los mercados de divisas. Su efecto sísmico es igual de claro en los océanos, donde navegan los buques que mueven más del 80% del comercial mundial. Y hay uno en concreto en el que el pulso arancelario entre Washington y Pekín se nota de forma especial: el Pacífico. Allí las empresas logísticas han percibido ya cómo, tras la subida de tasas del 145% impuesta por Donald Trump a China, las reservas de contenedores y el tráfico marítimo que sale de los puertos chinos rumbo a EEUU está perdiendo fuelle.
La gran pregunta es: ¿Qué viene ahora?
De los despachos a los puertos. El comercio internacional tiene un gran escenario de operaciones y no es ni el parqué ni los despachos de los CEO. No. Son los océanos. Naciones Unidas calcula que más del 80% del comercio internacional se mueve por mar, a bordo de buques que quizás sean más lentos que los aviones, pero también ofrecen una alternativa de transporte mucho más barata.
De ahí que cuando hace unas semanas Trump presentó su famosa tabla de aranceles, con una larga lista de tasas para las exportaciones de mercancías con destino EEUU, uno de los lugares en los que más se dejó sentir su efecto fuesen los mares y puertos. A principios de abril las reservas de contenedores para Estados Unidos cayeron más de un 60%. Algo esperable si se tiene en cuenta que muchas empresas habían adelantado sus operaciones para anticiparse al golpe.

Mirando al Pacífico. Aquel primer mazazo de la guerra comercial agitó los mercados, pero no tardó en suavizarse cuando Trump anunció una tregua de 90 días que fijaba una base arancelaria global de «solo» el 10%. Donde no se relajó la tensión fue en China. Pekín y Washington se enzarzaron en un pulso arancelario que derivó (de momento) en una escalada de las tasas que ambos países imponen a las exportaciones del otro: EEUU aplicó un 145% a China y esta le replicó con un 125%, que en algunos casos, incluidos productos agrícolas, se eleva al 135%.
El impacto de esa subida de costes en el flujo marítimo de mercancías entre ambos países no tardó en notarse. A mediados de mes South China Morning Post (SCMP) hablaba ya de un pinchazo en el tráfico de contenedores en las rutas transpacíficas, la cancelación de viajes y un desplome en las reservas de carga para las siguientes semanas de entre el 30% y 60% en China y 10-20% en el resto de Asia. El motivo: los aranceles de EEUU complicaron la viabilidad de las exportaciones chinas.
Y eso son palabras mayores si se tiene en cuenta que, como recuerda la CNBC, China representa alrededor del 30% de todas las importaciones vía contenedor de EEUU y más de la mitad (54%) de las procedentes de Asia. Antes de la pandemia, en 2018, incluso acaparaba el 67%. Ahora hay navieras transpacíficas encargadas de ese flujo comercial que han recurrido al blank sailing y cancelaron viajes.
¿Y cuál es el escenario ahora? Complicado. La naviera alemana Hapag-Lloyd acaba de reconocer a Cinco Días que ha registrado una cancelación de reservas «desde China hacia EEUU» de alrededor del 30% y la CNBC advertía el martes de una caída en el flujo de buques chinos en los puertos de Los Ángeles y Long Beach. En concreto, señala que los muelles del sur de California han registrado un desplome del 29% en el tráfico de portacontenedores con origen China.
Ayer Ryan Petersen, CEO de Flexport, iba más allá y aportaba un dato aún más demoledor en X: «En las tres semanas transcurridas desde que entraron en vigor los aranceles, las reservas de contenedores marítimos desde China a Estados Unidos han disminuido más del 60% en toda la industria».
Si hablamos de previsiones, el flujo de buques que se espera para la semana del 4 al 10 de mayo registrará una caída interanual mayor, del 44%. ¿En qué se traduce eso? En muchos menos contenedores. La semana del 20 de abril esos puertos de EEUU recibieron 22 buques. Esta semana se esperan 12. Traducido en TEUs, la gran unidad de medida de carga, supone que la semana del 4 al 10 de mayo se recibirán 62.668 frente a los 120.608 anotados del 20 al 26 de abril. La mitad.
«Han interrumpido los envíos». «Estoy oyendo directamente de grandes minoristas y fabricantes aquí en EEUU que muchos han interrumpido todos los envíos desde China», reconoce a Axios Gene Seroka, ejecutivo de la terminal de Los Ángeles. «Es probable que en las próximas semanas veamos pasar por el puerto de Los Ángeles dos tercios de la carga normal, o menos». El experto admite también una caída de entre el 8 y 10% en las exportaciones de EEUU durante los últimos meses y no descarta que la tendencia se agudice dados los aranceles chinos.
Más allá de China. Que la guerra comercial haya lastrado la demanda de contenedores desde China a EEUU no significa que la tendencia sea la misma para toda la región. Al contrario. Hapag-Lloyd está notando por ejemplo algo más que cancelaciones de reservas desde China a EEUU. En su entrevista con Cinco Días, uno de sus directivos, Nils Haupt, habla también de un «aumento considerable» en el volumen de reservas procedentes de Camboya, Vietnam y Tailandia.
Y tiene bastante sentido que así sea. Hace no mucho el banco de inversión Goldman Sachs ya advertía que, aprovechando la tregua arancelaria de 90 días aprobada por Trump, hay empresas que han empezado a buscar alternativas fuera de China. Y lo hacen mirando a países vecinos, incluido en el Sudeste Asiático.
«A corto plazo, la actividad en el Sudeste Asiático se está recuperando debido a la salida de producción desde China hacia donde haya capacidad disponible», anota. Es más, en su informe apunta que una parte (20%) de los fabricantes chinos han recurrido a sus instalaciones fuera de China para beneficiarse de sus aranceles.
¿Hay más consecuencias? Sí, las hay. En otros frentes. El pinchazo en la demanda ha agravado la caída en los precios de los fletes en rutas como Shanghái-Los Ángeles. Cadena de Suministro precisa que en lo que va de ejercicio las tasas de contenedores para las exportaciones chinas se han desplomado un 28%, marcando su peor arranque de ejercicio de las últimas dos décadas.
La guerra comercial también se deja sentir en otros frentes del sector logístico, como el del almacenamiento o el transporte rodado que presta servicios en los puertos. «Al comparar la cantidad de cargas de camiones disponibles con la de vehículos, vemos una caída abrupta: más de 700.000 cargas se han evaporado a nivel nacional en la última semana en comparación con las dos anteriores», reconoce a la CNBC Ken Adamo, de la compañía DAT Freight & Analytics.
Imágenes | A Guy Named Nyal (Flickr), Sven Piper (Unsplash)