"No queremos ser la Ibiza del norte": el movimiento anti-turismo en Cantabria ya moviliza a miles de personas
Sus impulsores la han planteado como «la Ibiza del norte». Y lo cierto es que el megaproyecto turístico proyectado en Ribamontán al Mar —en la costa cántabra, a unos 30 kilómetros de Santander— ha logrado ya algo que lo asemeja a los grandes polos turísticos de los archipiélagos balear o canario, aunque probablemente muy a pesar de sus impulsores: contestación social. El sábado miles de personas salieron a la calle enarbolando pancartas en las que podía leerse «Cantabria se defiende» o «Stop macrocomplejo». La Delegación del Gobierno habla de 3.000 asistentes. La organización, de más de 8.000. Más allá del esperable baile de cifras, algo sí está claro: no todos en Cantabria quieren convertirse en la Ibiza septentrional.
Los organizadores avanzan que habrá más movilizaciones.
«Stop macrocomplejo». Ese es el mensaje que pudo leerse el sábado en la pancarta que abría la manifestación organizada por el partido Cantabristas, una marcha que transcurrió entre las localidades de Loredo y Langre, el entorno en el que se plantea levantar un complejo residencial con campo de golf. Los impulsores de la movilización hablan de «éxito», «un seguimiento masivo» con más de 8.000 personas que se acercaron a las zonas afectadas por el macrocomplejo turístico. La Delegación del Gobierno rebaja la cifra hasta situarla en alrededor de 3.000.
Contra «la Ibiza del norte». Para los organizadores la lectura es clara: «La sociedad cántabra ha tomado partido en el debate público sobre la masificación turística posicionándose en contra de convertir Cantabria en ‘la Ibiza del norte’«. La referencia no es gratuita. Esa ha sido el eslogan usado por una compañía balear que ya ha mostrado su interés en unos terrenos situados en Ribamontán al Mar, entre Loredo y Langre, para levantar un polo residencial con un campo de golf.
Para Cantabristas, las miles de personas que el sábado salieron a la calle, entre pancartas y música, demuestra que la comunidad ha dado «un paso al frente para defenderse de quienes quieren destruir» el territorio para «llenarse los bolsillos». Al terminar la marcha, el responsable la formación, Paulu Lobete, leyó un manifiesto en el que subrayó que las movilizaciones «no han hecho más que comenzar».
El discurso fue particularmente duro con lo que considera un modelo turístico «depredador». «¿De qué nos sirve la especulación urbanística y la masificación turística si los cántabros tenemos problemas para acceder a la vivienda, sufrimos las consecuencias de esta masificación, si el turismo solo ofrece empleo precario?» La de este sábado fue, reivindicó Lobete, una marcha «histórica», la primera movilización que se organiza en la región contra la «masificación turística».
Un caramelo en el norte. La formación, que reivindica que se ha creado para «defender Cantabria y su gente» y obtuvo 5.500 votos en las selecciones regionales de 2023, insuficientes para lograr un escaño, advierte que toda Cantabria tiene «un problema con la especulación urbanística»; pero la movilización del sábado pone el foco en un proyecto muy específico: el desarrollo de unos terrenos que salen a subasta como parte de la extinción de la constructora Emilio Bolada.
Hace semanas El Diario Montañés revelaba que el Consistorio de Ribamontán al Mar tenía constancia de al menos cuatro compradores interesados. En la lista se incluían una sociedad y un empresario con experiencia en el sector inmobiliario.
Residencia, turismo y golf. Los terrenos subastados suman unos 745.000 metros cuadrados, una vasta superficie con diferentes catalogaciones y en la que se completan usos hotelero y residencial. El Plan General precisa que la construcción de viviendas en el entorno está sujeta al desarrollo de un campo de golf. El solar y su ubicación son lo suficientemente atractivos como para que en su día, hace años, ya se planteara el desarrollo de un complejo residencial y hotelero, con un campo de golf de 18 hoyos y 350 viviendas. Ahora hay quien lo ve la «Ibiza del norte».
De masificaciones y protestas. La marcha del sábado se convocó en un contexto muy específico y su mensaje se centra también en la situación concreta de Cantabria, pero coincide con otras protestas recientes desplegadas en otras partes del país y que centran su foco en la masificación turística, con las implicaciones que ello conlleva para el mercado inmobiliario y el alquiler residencial.
Las más mediáticas se registraron hace semanas en Canarias, donde decenas de miles de personas salieron a la calle para protestas contra un modelo turístico que, advierten, ahogan el archipiélago. Poco después el cabildo tinerfeño reconocía que se planteaba cobrar por el acceso al Teide. En Baleares también hay movimientos similares. A finales de mes se celebrará una marcha en Mallorca e Ibiza contra la saturación turística. Los organizadores de la primera cita avanzan que su objetivo está claro: no quieren que la isla acabe convirtiéndose en «un resort de lujo».
Imágenes | Cantabristas (X)
En Xataka | Canarias se enfrenta al dilema irremediable de limitar el turismo. Empezando por cobrar para subir al Teide