Geel, la ciudad belga que lleva siglos realizando un involuntario experimento en psicología: acoger a los enfermos en casas
La ciudad de Geel podría pasar desapercibida si no fuera por una tradición que la hace única en su entorno. Esta ciudad de la provincia flamenca de Amberes, en Bélgica, cuenta con un singular sistema de acogida familiar de personas con problemas de salud mental cuyo origen se entronca en la edad media.
Un sistema que en 2023 fue incluido en la lista de la UNESCO del Patrimonio Intangible.
El sistema es bien sencillo: en Geel las familias tienen la posibilidad de acoger a pacientes de su hospital psiquiátrico municipal. Para estas familias los pacientes ya no son tal cosa, son huéspedes con los que conviven en su día a día, de los que cuidan y, en muchos sentidos, se convierten en un miembro más de la unidad familiar.
Es difícil evaluar la eficacia de esta institución local desde el punto de vista psicológico, pese a que ésta haya llamado la atención de profesionales de todo el mundo desde hace décadas. Pero para los ciudadanos de esta población belga, quizás esto sea lo de menos.
Según explica el historiador Mike Jay en publicación de la Sociedad Británica de Psicología (BPS), para el pueblo de Geel este sistema de acogida no es una forma de terapia sino de “cuidado familiar”. Para los psicólogos, sin embargo, sí puede considerarse el valor terapéutico de la práctica.
Añade Jay en su artículo que las personas con este tipo de problemas “son en la práctiza quienes se han caído de la red, quienes han roto los lazos que nos unen al reto en el contratos social, quienes no son capaces de conectar.” Reconstruir estos lazos a través de este “cuidado familiar” puede ser, por tanto, una forma de terapia.
Según datos proporcionados en el mismo artículo, hoy por hoy hay unos 300 de estos “huéspedes” acogidos por familias de Geel un municicipio de unos 40.000 habitantes, Son muchos menos que hace 100 años: hacia la década de 1930 se estima que eran cerca de 4.000 en una comunidad de unos 16.000 habitantes.
Siglos de historia
Esta práctica tiene sus orígenes en una leyenda del siglo XIII, la de santa Dimpna. Dimpna es venerada en la iglesia católica como patrona tanto de los profesionales de la salud mental como de quienes padecen trastornos de este tipo. Según la tradición religiosa, la santa llegó a Geel huyendo de su padre, que tras quedarse viudo quería desposarla.
Tras perseguir a Dimpna por media Europa, su padre la encontró y asesinó, precisamente en Geel. En 1349 comenzó la construcción de un templo consagrado a Dimpna, donde un siglo más tarde se crearía un refugio para peregrinos en una era en la que nuestros conocimientos sobre la mente humana y sus padecimientos era, en la práctica, inexistente.
Fuera como fuese este albergue pronto se llenó, por lo que los vecinos de la ciudad comenzaron a acoger a los visitantes en sus casas. Así ha sido hasta el presente.
Sin embargo mucho ha cambiado desde entonces. Ya no son demonios los que afligen a las personas y la medicina ha encontrado formas más científicas de ayudar a las personas con problemas de salud mental a afrontar estas dificultades.
Hoy en día es el Centro Público de Cuidados Psiquiátricos de Geel (OPZ Geel) y no la iglesia la institución encargada de gestionar esta red de acogida. Los cambios llegaron aproximadamente en el siglo XIX cuando el Estado belga transfirió este control de las instituciones religiosas a las públicas. A partir de aquí las familias de acogida también comenzaron a recibir una pequeña aportación económica en forma de ayuda para sufragar los gastos derivados de esta acogida.
El cambio en la mentalidad y el cambio administrativo fueron cronológicamente de la mano: el siglo XIX fue precisamente cuando la salud mental comenzó a tratarse con una perspectiva científica (no necesariamente con tino). Fue entonces cuando se comenzó a abordar la “cuestión de Geel”.
Para algunos de estos primeros expertos en el campo de la psicología, el sistema de Geel era una reliquia del pasado medieval, mientras que para otros esta ciudad representaba un ejemplo a seguir. El reformista Philippe Pinel, considerado padre de la psiquiatría francesa, estaba en este segundo campo.
Según Pinel, “los granjeros de Gheel son posiblemente los médicos más competentes; son un ejemplo de lo que puede resultar ser el único tratamiento razonable de la locura y lo que los médicos desde el principio deberían considerar como ideal.”
Para resumir la actitud respecto a esta curiosa práctica Jay recordaba en su artículo un dicho popular en el entorno de Geel: “La mitad de Geel está loca, el resto están medio locos”.
Imagen | Sally V, CC BY-SA 4.0 DEED