Opinión

PANORAMAS

¡¡¡En México la historia se repite y nos hace recordar nuevamente el «disparejo» Tratado de Bucareli con los EUA!!!

El conocido y repudiado Tratado de Bucareli fue firmado el 13 de agosto de 1923 durante el gobierno de Álvaro Obregón (1920-1924), con lo que condenó a México al subdesarrollo. A partir de la firma de dicho documento, México garantizaba los derechos de propiedad sin límite a particulares extranjeros y a todas las compañías petroleras estadounidenses. El objetivo que buscaba en ese entonces el Presidente de los EEUU, Calvin Coolidge, era que México garantizara los derechos de la propiedad de los extranjeros y sus compañías petroleras en territorio mexicano y negociar la compensación de las pérdidas de propiedades de los colonos estadounidenses durante la revolución mexicana de 1910 a 1920.

Para ello, Obregón “convenció» a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en dictaminar que el artículo 27 constitucional sólo podía referirse en cuestiones de explotación de bienes nacionales a los procesos posteriores a 1917, para lo cual los daños deberán resarcirse. Dentro del Tratado de Bucareli se le dio prioridad a los siguientes temas:

  1. Las propiedades «agrícolas» expropiadas a estadounidenses menores de las 1755 hectáreas se pagarían con bonos.
  2. Para propiedades que rebasan dicha extensión, el pago sería de inmediato y al contado.
  3. Se integrará una comisión encargada de revisar las reclamaciones pendientes a partir del año 1868; las originadas por la revolución se resolvieron aparte.
  4. En relación al petróleo, el artículo 27 constitucional no era retroactivo para los estadounidenses que hubieran adquirido sus concesiones antes del año 1917, lo que les permitía seguir explotando el hidrocarburo.

Un tema importante en dicho tratado era la absolución del artículo 27 de la constitución, el cual establece su soberanía económica y la propiedad de la nación sobre el suelo, subsuelo y litorales. La capacidad de imponer modalidades a la propiedad privada y a las bases para la expropiación, ante lo cual los EUA discutía que no fueran retroactivos para las petroleras norteamericanas. Además, se debería reanudar el pago de la deuda externa, suspendida durante el gobierno de Venustiano Carranza.

Y por si esto fuera poco, dicho tratado de Bucareli prohibió a nuestro país su desarrollo petrolero, bélico, marítimo y aéreo, convirtiéndonos en importadores y maquiladores únicamente. Así como este nefasto Tratado de Bucareli, se le han sumado una larga lista, de las que sobresalen:

  • El tratado de Guadalupe Hidalgo 1848.
  • El tratado de libre comercio de América del Norte de 1994.
  • El tratado de límites y aguas México-USA del 2000.
  • La alianza para la seguridad y prosperidad de América del Norte 2005.
  • El acuerdo de la exploración y explotación de Yacimientos de hidrocarburos transfronterizos 2012.
  • El T-MEC del 2020.

Y ahora nuevamente los EUA, como sucedió hace 101 años, fijan a través de sus congresistas encabezados por Greg Stanton su postura a las reformas del poder judicial que se llevarán a cabo con la nueva presidenta Claudia Sheinbaum, donde tratarán de defender los intereses e inversiones de las empresas estadounidenses en nuestro territorio y que dichas reformas al poder judicial no se lleven a cabo o se hagan contemplando sus peticiones, tal y como pasó con el Tratado de Bucareli.

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En este tema de las reformas al poder judicial, ya se aclaró por varios integrantes del gabinete de AMLO y de la nueva Presidenta de México que se trata de buscar mecanismos para mejorar nuestra justicia. A través de nuestra historia, vimos que pasó en el mandato de Álvaro Obregón al «convencer» a la SCJN en dictaminar nuestro artículo 27 constitucional y poder darle gusto a nuestros vecinos del norte en todo lo que pedían a nuestro país en ese entonces.

¿Por qué la mayoría de los mexicanos respalda una reforma al poder judicial? Porque se ha visto a través de los años, sobre todo en los sexenios priistas y panistas, que se oponen a cualquier cambio en el poder judicial. Vieron cómo ponían a su libre albedrío magistrados y a su presidente para que se alinearan en todos los aspectos que ordenaba el poder ejecutivo principalmente.

En nuestra actualidad son tantas anomalías «descaradas» que presenta nuestra Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), como sucedió antes de las elecciones del pasado 2 de junio al reunirse en lo «oscurito» la presidenta Norma Piña con líderes de los partidos de la «oposición» y fraguar un plan de desestabilización al partido oficialista y a su candidata Claudia Sheinbaum. En lugar de planear propuestas idóneas a nuestro país para su candidata Xóchitl Gálvez, se pasaron difamando con insistencia a la candidata Claudia Sheinbaum. Y al ver que esto no estaba funcionando, entró al quite el que se dice líder político Claudio X que, junto con los líderes de los partidos de su «oposición», llevaron a cabo la descabellada idea de formar un movimiento Rosa, donde según lo presumió Claudio X que ninguno de los 90,000 asistentes fue «acarreado», mentira que fue publicada a cielo abierto por varios medios de comunicación al exhibir videos de cómo llegaban autobuses con personas acarreadas, comentario que difundió en redes Carlos Loret.

Pero ya que pasó el tsunami político en nuestro país, ahora tanto el PAN como el PRI buscan reorganizarse. Por lo que respecta al PAN, el senador Damián Zepeda busca romper la alianza con el PRI y lograr que Marko Cortés se vaya de dicho partido. Lo mismo está pasando en el PRI, que buscan de todas las maneras quitar de su presidencia a «Alito» Moreno, porque ya acabó con dicho partido en toda la república mexicana. Y como es uno de los principales defensores de que no exista ningún cambio al poder judicial de la federación, teme ser condenado a varios años de prisión por lo que dejó pendiente en su natal estado y por lo que ha hecho con el PRI a nivel nacional. Ya vieron cómo estos partidos de la «oposición» perdieron simpatías en la mayoría de nuestro territorio nacional. Pero eso sí, ya aseguraron a cada uno de estos dos líderes un «hueso de plurinominal».

Y como el PRD de los llamados «chuchos» ya perdió su registro ante el INE, ahora busca crear un nuevo partido con adherirse a la llamada Marea Rosa. Por otro lado, solo nos toca esperar para reformar nuestro poder judicial y abrir una puerta para poder juzgar a nuestros expresidentes y a tantos «malandrines» que ocuparon sus cargos para beneficiarse… Ver para creer.

ATENTAMENTE

Ing. Ind. Jesús Espinoza García Director Gral. Asesoría Inmobiliaria Industrial

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