En TikTok hay gente mostrando neveras llenas de flores. Hay una palabra que lo explica y varias razones por las que no es buena idea
En 2024 lo importante no es si tienes la nevera llena o vacía. Lo fundamental, lo que realmente preocupa en Instagram o TikTok hasta el extremo de generar riadas de comentarios y miles de visualizaciones es si el interior de tu nevera es cool. Si es un desangelado electrodoméstico con unos cuantos briks de leche, algún que otro yogur y un tupper con los restos de la cena colocados de cualquiera forma o más bien se parece a un aparador victoriano que no desentonaría entre el decorado de ‘Los Bridgerton’. A eso último es a lo que anima el «fridgescaping», una peculiar tendencia que lleva ya un tiempo ganando adeptos en las redes sociales.
El problema es que, te convenza más o menos lo de tener flores, bustos y retratos enmarcados dentro del frigorífico, el «fridgescaping» acarrea algunos riesgos.
¿Para qué sirve una nevera? Lo sé, la pregunta tal vez parezca extravagante, pero si algo dejan claro los vídeos y fotografías que circulan desde hace un tiempo por Instagram o TikTok es que los frigoríficos sirven para algo más que conservar alimentos. Además de mantener frescas nuestras verduras, hortalizas y pescados pueden convertirse en adornos, objetos de decoración. Exactamente igual que una cómoda, un aparador o una librería llena de marcos de fotos, jarrones y figuritas.
Así lo considera por ejemplo Lynzi Judish, una influencer con más de 20.000 seguidores en sus cuentas de Instagram y TikTok, en las que básicamente se centra en la decoración de hogares. Entre imágenes de cuadros, mesas de salón, terrazas, lozas… Judish ha dedicado unas cuantas publicaciones a mostrar neveras. Y no, no se trata de presumir de electrodoméstico o mostrar puertas repletas de imanes. Lo que hace es mostrar cómo ha decorado sus baldas, en las que junto a la comida hay cestos de mimbre, porcelanas, flores o, en algunos casos, figuras y retratos.
No digas nevera, di «fridgescaping«. Judish no es la única que ha descubierto en el interior de las neveras un inesperado banco de pruebas para dar rienda suelta a su amor por la decoración. Rebeccathrifts, con casi 25.000 seguidores en TikTok, también ha mostrado cómo engalanar los estantes y recovecos de un frigorífico con artículos de segunda mano, incluidos un pequeño espejo, bandejas metálicas, jarrones con flores frescas o un canedalabro. Igual que Houseofbishophq.
Sus fotos y vídeos se acompañan de hashtags como #fridgescaping, #fridgescape, #fridgeorganization o #fridgescape, que llevan a su vez a otras publicaciones que comentan creaciones ajenas o incluyen nuevas imágenes de factura propia.
Todas comparten el mismo gusto por el «paisajismo de refrigerador», con estantes de neveras en los que se mezclan frutas, flores, jarras, bandejas de mimbre… Casi como una versión moderna de los bodegones barrocos. Incluso hay quien opta por adaptaciones personales, algunas recargadas, otras sobrias o versiones temáticas, como esta inspirada en Halloween compartida por Stephanie Hanna en TikTok.
Remontándose a hace 13 años. El «fridgescaping» ha ganado fuerza ahora gracias a las redes, pero hay quien defiende que el término no es nuevo y tiene ya cierta tradición. Para ser más precisos Judish lo remonta a una publicación de 2011 de Kathy Perdue, diseñadora y exbloguera. Su enfoque era sin embargo distinto al de los estantes de frigorífico recargados, con jarrones, flores y figurillas que ahora circulan por TikTok. Como recuerda la cadena CNN en un amplio artículo sobre la tendencia, Perdue empleaba la palabra «fridgescaping», pero lo que planteaba era almacenar los alimentos de forma ordenada, elegante y en «recipientes bonitos».
«Me gusta que mi refrigerador esté ordenado y limpio, ¡e incluso bonito por dentro!», escribía la bloguera en enero de 2011. Las fotos que incluía en su post poco se parecen sin embargo a las compartidas por Rebecca o Lynzi Judish, quien incluso llegó a decorar una nevera inspirándose en la popular serie de Netflix ‘Los Bridgerton’, incluyendo marcos con retratos, cestos de mimbre, frutas, bandejas, flores, piezas de cerámica, teteras, lazos… Todo dentro del propio frigorífico.
«Nunca me he sentido más sana». Sus defensores creen que el «fridgescaping» es algo más que una rama especialmente pintoresca de la decoración que se centra en un espacio, el interior de la nevera, que a priori parece totalmente funcional y al que no suele asomar más que quienes viven en la propia vivienda. «Nunca me he sentido más sana, lo que es un efecto secundario totalmente inesperado», asegura Judish a la CNN tras explicar que el primer paso para decorar los frigoríficos es limpiarlos a conciencia. Al adaptar su lista de la compra a la temática de cada decoración asegura que acaba cocinando platos nuevos todas las semanas.
Eso sin contar, insiste, con la felicidad que siente cuando abre la puerta y se encuentra con una estampa bucólica. «Si el medio de expresión de un artista es la pintura, recurrirá al lienzo. En mi caso, el mío es el refrigerador», reivindica en The New York Times Tiffany Bishop. Hay quien afirma que el «fridgescaping» le ayuda a organizar, aporta una motivación extra para limpiar la nevera e incluso cree que, si se expanden los modelos Door-in-Door, la moda podría ganar adeptos.
Una tendencia con sombras. No todos comparten las bondades del «fridgescaping». De hecho, a medida que la tendencia ha ido ganando visibilidad en las redes han surgido voces que advierten de los riesgos de convertir las neveras en muebles con jarras, piezas de porcelana, flores, jarrones con líquidos y hortalizas sin cubrir. Laura Mountford, autora del libro ‘Live, Laugh, Laundry’, cuestionaba hace poco por ejemplo la conveniencia de utilizar cestas de mimbre como las que se ven en algunas de las neveras que se muestran en Instagram o TikTok.
«Puedes conseguir muchas cajas de acrílico para cualquier alimento y resultan mucho más fáciles de limpiar de forma adecuada. El refrigerador no es el lugar para una cesta de mimbre», advierte Mountford al diario británico. Otros, como Mioko Fujisaki, directiva de una empresa de diseño especializada en interiores de cocinas, apunta algo todavía más básico: los jarros, figuras y retratos enmarcados acaparan espacio y eso es algo que no suele abundar en los frigoríficos.
¿Y cómo afecta a la salubridad? La pregunta del millón. Aunque Judish reivindica que nunca se ha sentido tan saludable hay quien cuestiona que abarrotar las neveras de adornos y organizarla buscando un resultado lo más estético posible sea buena idea. «Están diseñadas para mantener los alimentos a una temperatura segura, normalmente entre 1 y 4ºC. Si se introducen elementos que no son comida, como flores o jarrones, puede obstruirse la circulación del aire, lo que provoca un enfriamiento desigual», advierte a Express Allen Civlak, experto en cocina.
El resultado, insiste, puede ser que haya zonas del refrigerador que se calienten demasiado, generando incluso entornos en los que pueden crecer bacterias. Otro de los riesgos sobre los que previene es la contaminación cruzada y que elementos decorativos, como flores frescas, transfieran bacterias o pesticidas a la comida.
Cocinas menos sostenibles. «Una nevera desordenada, sobre todo una abarrotada de elementos decorativos no esenciales, obliga al frigorífico a trabajar más para mantener su temperatura. Este aumento de la tensión puede provocar un mayor consumo de energía, lo que aumenta la factura eléctrica y contribuye a que el hogar sea menos sostenible», añade Allen Civlak. Habría otro riesgo, más obvio todavía: que una balda acabe cediendo por el exceso de decoración y afecte tanto al electrodoméstico como a los alimentos que que guardamos en su interior.
Las tres reglas básicas. Hace unos meses la CBC Public Protection divulgó pautas de la Food Standards Agency (FSA) pensadas para garantizar la salubridad en los frigoríficos. Y algunas podrían chocar con el «fridgescaping»: el interior debe estar a 5ºC o incluso menos temperatura, no debe estar saturado para garantizar la circulación del aire y, sobre todo, las carnes, pescados y mariscos crudos tienen que guardarse cubiertos. En los vídeos y fotografías de neveras que circulan por TikTok o Instagram abundan los alimentos sin tapar, aunque básicamente son frutas, verduras y hortalizas, como racimos de espárragos, tomates o uvas.
The Telepraph asegura que la FSA ya ha advertido a los usuarios de que no deben almacenar sus alimentos en recipientes que se hayan usado para otros propósitos y guardarlos en bolsas o envases sellados para evitar la contaminación cruzada. Lo que sí abundan en las imágenes de «fridgescaping» son piezas de cerámica, metal, mimbre, madera o vidrio que no parecen diseñada para guardar comida dentro de la nevera, además de flores frescas —en uno de sus vídeos Lynziliving muestra cómo las corta directamente del jardín— e incluso guirnaldas con luces.
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