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La vida sedentaria es un problema. La buena noticia: el ejercico del fin de semana cuenta (y mucho)

Los rigores del día a día complican a menudo nuestro paso por el gimnasio. Es por eso que para mucha gente que busca ponerse en forma, los fines de semana representan la gran oportunidad semanal para recuperar el tiempo perdido.

Guerreros del finde”. Pero, ¿es una buena idea? Probablemente sí. Es lo que se desprende de un nuevo estudio enfocado en los beneficios psicológicos de la vida activa.

El estudio se enfocaba en los denominados “guerreros del fin de semana” (weekend warriors), las personas que se ejercitan primordialmente durante sus días libres. El equipo responsable del análisis observó que, estos experimentaban unos beneficios psicológicos y neuronales semejantes a quienes practicaban deporte de forma regular en la semana.

Según explica el equipo responsable del estudio, el ejercicio del fin de semana puede ayudarnos a reducir nuestro riesgo de padecer demencia, accidentes cerebrovasculares, la enfermedad de Parkinson, depresión y ansiedad. Esto implica que esta es una estrategia alternativa adecuada para personas que no tengan la capacidad de hacer ejercicio de forma cotidiana.

75.000 participantes. El análisis se basó en los datos de 75.629 participantes en la base de datos UK Biobank. Estos participantes llevaron una pulsera de actividad durante siete días. En función de los datos sobre actividad compilados por estos aparatos los participantes se dividieron en tres grupos: regularmente activos, inactivos y “weekend warriors”.

El equipo complementó esto con los datos de un seguimiento de los participantes en un periodo de más de 8 años. Este incluyó registros médicos, de hospitalizaciones o el seguimiento de determinados trastornos psicológicos y neurológicos.

Todo controlando algunas variables clave como edad, sexo, consumo de sustancias como tabaco y alcohol, etc. Los detalles del trabajo pueden consultarse en un artículo en la revista Nature Aging.

Benedicios tangibles. Matthew Ahmadi y Emmanuel Stamatakis, ambos de la Universidad de Sydney (y quienes no estaban involucrados en el estudio),  explican en un artículo para The Conversation algunas de las claves del estudio. Indican, por ejemplo, en qué medida se reducen algunos riesgos para la salud cuando practicamos

En su artículo explican, basándose en el estudio, que la gente que hace ejercicio durante los fines de semana presenta un riesgo de padecer demencia un 26% inferior al de quines no se ejercitan, mientras que el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular disminuye un 21% y la probabilidad de padecer la enfermedad de Parkinson cae alrededor del 45%.

En cuanto a problemas psicológicos como la depresión y la ansiedad, el riesgo de padecerlas sería un 40% y un 37% inferior respectivamente. En general, indica, estos resultados son comparables con los obtenidos por las personas que se ejercitaban regularmente a lo largo de la semana.

Diferentes recetas, un resultado. Tal y como explican Ahmadi y Stamatakis explican que existen distintos patrones que puedan permitirnos alcanzar estos resultados. La clave está en lograr acumular la mayoría de nuestro ejercicio entre moderado y vigoroso en uno o dos días de la semana, sean consecutivos o no.

¿Mejor poco que nada? Sabemos que practicar deporte de forma regular es una buena práctica para el cuidado de nuestra salud. Sin embargo definir qué es “regular” puede resultar complicado dependiendo de la escala temporal y del total de ejercicio que hagamos.

Los estudios recientes parecen indicar que esta forma de entender lo “regular” incluye la posibilidad de relegar el ejercicio a uno o dos días de la semana. Ejemplo de ello es otro trabajo reciente que señalaba los beneficios de esta forma de ejercitarse sobre nuestra salud cardiovascular.

La idea de que ejercitarnos un poco mejor que nada puede ayudar a mucha gente a animarse y a empezar a adquirir rutinas. Pero quizás esta idea en realidad infravalore la importancia de ese poco de ejercicio sobre nuestra salud.

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Imagen | Geert Pieters

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