Ante el irremediable envejecimiento de su población, China ha tomado una decisión familiar: subir la edad de jubilación
El pasado mes de julio lo contábamos. China se acercaba a una decisión extremadamente importante que iba a definir su lucha en los próximos años para hacerle frente a su problema de envejecimiento y baja natalidad: ¿qué hacer con la edad de jubilación? Finalmente, el país ha optado por lo que se venía anunciando y que afectará a millones de personas. La edad para jubilarse aumenta por primera vez desde la década de 1950.
El anuncio. Durante décadas, los trabajadores chinos han terminado su vida laboral a edades relativamente “jóvenes”: 60 años para los hombres y 50 años para las mujeres. Esto está a punto de cambiar desde el pasado viernes, momento en que el gobierno chino aprobó una nueva legislación que establece un plan para retrasar la edad de jubilación en el transcurso de 15 años, a partir del 1 de enero.
¿Cómo? Las normas existentes establecían que los hombres en las zonas urbanas podían jubilarse a los 60 años y recibir sus pensiones, y las mujeres a los 50 o 55, dependiendo de su ocupación. Las nuevas normas aprobadas por el máximo órgano legislativo retrasan gradualmente la edad a 63 años para los hombres y a 55 y 58, respectivamente, para las mujeres. Además, las medidas también establecen planes para ampliar el período mínimo de trabajo para que los empleados reciban una pensión mensual de 15 a 20 años, con cambios a partir de 2030.
La intrahistoria. El movimiento lleva gestándose muchos años, tantos como el país ha ido agudizando el problema del envejecimiento y la baja natalidad. Con una economía en desaceleración, hace demasiado tiempo que los síntomas de crisis demográfica se palpaban. El año pasado, China perdió por segundo año consecutivo población. Mientras, en la acera de enfrente, las cifras indicaban los índices de natalidad más bajos desde que hay registros.
Todo esto supone que la población en edad de jubilarse, una de las bajas del mundo (60 años para hombres, 55 para mujeres en trabajos administrativos y 50 para las mujeres de clase trabajadora), solo crecía. En 2022 era de 280 millones, el año pasado de 297 millones (21% del censo total). Peor aún, hay previsiones que hablan de otros 300 millones proyectados en la próxima década, y para mitad de siglo se habla de una población de 60 años o más que, como mínimo, sobrepasará los 500 millones (casi el 40% del padrón total). De hecho, las previsiones hablan de cuatro trabajadores por cada jubilado en 2030, y en 2050, solo dos.
La “nueva” jubilación. Como decíamos, según el plan aprobado el viernes, el cambio entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2025, y las respectivas edades de jubilación se elevarán cada pocos meses durante los próximos 15 años. La agencia de noticias estatal Xinhua informó que no se permitirá jubilarse antes de la edad legal, aunque las personas pueden retrasar su jubilación por no más de tres años.
A partir de 2030, los empleados también tendrán que realizar más contribuciones al sistema de seguridad social para recibir pensiones. Para 2039, tendrán que acumular 20 años de contribuciones para acceder a sus pensiones. Un plan, el de aumentar las edades de jubilación y ajustar la política de pensiones, que se basó en «una evaluación integral de la esperanza de vida promedio, las condiciones de salud, la estructura de la población, el nivel de educación y la oferta de mano de obra en China», informó Xinhua.
Reacciones. Desde que se ha oficializado el plan, se ha palpado cierto descontento y escepticismo en las redes del país. «En los próximos 10 años, habrá otro proyecto de ley que retrasará la jubilación hasta que tengamos 80 años», escribió un usuario en la red social china Weibo. «¡Qué año tan miserable! Los trabajadores de mediana edad se enfrentan a recortes salariales y a un aumento de la edad de jubilación. A los desempleados les resulta cada vez más difícil conseguir trabajo», añadió otro.
Otros dijeron que ya habían previsto el anuncio. «Esto era de esperar, no hay mucho que discutir». «Los hombres en la mayoría de los países europeos se jubilan cuando tienen 65 o 67 años, mientras que las mujeres lo hacen a los 60. Esta será la tendencia también en nuestro país», dijo un usuario de Weibo.
Un buen plan, según el gobierno. Frente a las reacciones más o menos tibias en las redes, los estamentos oficiales claman por una medida a la que solo le ven puntos positivos. De hecho, los medios estatales chinos han aclamado los cambios previstos como una reforma urgente y necesaria para un sistema obsoleto, destacando cómo la política existente había estado en vigor desde la década de 1950, cuando la esperanza de vida y los niveles de educación eran más bajos.
A este respecto, el demógrafo Yuan Xin dijo a principios de esta semana, citado por los medios estatales, que “el marco actual de la política de jubilación se ha mantenido sin cambios durante 73 años. Especialmente desde la reforma y la apertura (que comenzó alrededor de 1978), el panorama demográfico, económico y social se ha transformado drásticamente”.
Comparativa con otros países. Lo cierto es que las edades de jubilación actuales de China son más bajas que las de muchas otras economías importantes. Para que nos hagamos una idea, la edad de jubilación estándar promedio de 2022 en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se situó en 63,6 años para las mujeres y 64,4 años para los hombres.
La polémica de aumentar la edad de jubilación. Otros países también han tenido problemas para gestionar la edad de jubilación. Por ejemplo, en 2023 estallaron las protestas en Francia en respuesta a un intento del gobierno de aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años. Estados Unidos también ha estado debatiendo la reforma de la jubilación y el aumento gradual de la edad de jubilación, con incentivos de la Seguridad Social para los jubilados que retrasen la recepción de los beneficios hasta los 70 años. Y en España pasa algo parecido.
Combatir el envejecimiento. Sea como fuere, se trata de un aumento gradual que trata de cerrar o, al menos, contrarrestar el gran problema de China que, recordemos, cuenta con 300 millones de pensionistas (y otros cientos de millones de se proyectan en diez años). Según un informe publicado a principios de este mes por el Ministerio de Asuntos Civiles, los ancianos de China representan hoy más del 20% de la población, y a finales del año pasado unos 297 millones tenían 60 años o más.
Los demógrafos citados en los medios estatales han dicho que, entre 2030 y 2035, la población de edad avanzada representará el 30% de la población total. Es probable que esa cifra aumente a más del 40% de la población a mediados de este siglo, lo que convertirá a China en una “sociedad super envejecida”.