El secreto de Sam Altman para generar ideas: escribirlas en un cuaderno, arrancarlas y desecharlas hasta dar con la clave
Sam Altman se está revelando como un empresario joven, pero con muchos trucos para mejorar la productividad. Muchos de ellos son lecciones que el cofundador de OpenAI ha ido aprendiendo a lo largo de su carrera y con el contacto con otros emprendedores durante su etapa al frente de Y Combinator.
Otros trucos de productividad, en cambio, los ha ido puliendo con el tiempo a base de prueba y error. En el avance de su entrevista para el podcast «How I Write» de David Perell, el CEO de OpenAI confiesa su peculiar forma de tomar notas sobre ideas, tareas, etc.
Sam Altman es muy proclive a tomar notas en cualquier momento del día para que no se le escape ninguna idea o duda sobre alguno de sus proyectos. Por ello, Altman siempre acostumbra a llevar un pequeño cuaderno en el bolsillo. Sin embargo, tal y como reconocía, «No me sirven esos elegantes cuadernos. Yo necesito que sea un cuaderno pequeño y con espiral, ya que es importante poder arrancar páginas a menudo».
No importa el cuaderno, importa el contenido de las hojas
En realidad, el hecho práctico de llevar un cuaderno, como tal, es el de mantener las hojas de papel unidas y ordenadas en un mismo lugar. Pero no es relevante para el uso real que le da Altman porque va a terminar arrancando todas y cada una de las hojas al final de su vida útil.
La preferencia de Altman por este tipo de cuadernos es porque la espiral en el lomo le permite mantener el cuaderno plano sobre la mesa mientras escribe en él y utiliza sus tapas duras como apoyo para escribir. Sin embargo, el CEO de OpenAI reconoce que «tomo un montón de notas y luego me gusta arrancarlas y ponerlas sobre la mesa para ver varias páginas al mismo tiempo».
De ese modo, Altman asegura que puede visualizar mejor el conjunto de notas y desechar más fácilmente aquellas ideas que no le encajan. «Puedo arrugarlas y tirarlas al suelo. Cuando llega la limpiadora, hay un montón de papeles arrugados en el suelo con mis notas o lo que sea que esté escribiendo», contaba como anécdota el empresario.
Escribir a mano obliga a procesar lo que se escribe
El hábito de escribir las ideas o recordatorios que Altman comparte con Bill Gates y otros millonarios responde a un mecanismo cerebral que vincula la escritura a mano con la mejora en las funciones de memoria y desarrollo de pensamiento. Una investigación de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología muestra la importancia de escribir a mano en los procesos cognitivos relacionados con el aprendizaje.
Según un estudio de la Universidad de Washington, la toma de notas activa los mecanismos motores del cerebro para dibujar las letras durante la escritura y eso permite mejorar la capacidad lógica y de análisis de las ideas que se están escribiendo.
Por otro lado, el concepto de desechar montones de ideas que plantea Sam Altman durante su entrevista se alinea con el planteamiento del escritor y empresario Seth Godin. Este autor aseguraba que el verdadero éxito no estaba en tener buenas ideas, sino que, como publicaba Inc.com, le llega a aquellas personas con tantas ideas que, para conseguir una sola buena idea, ha tenido que desechar previamente miles de ideas que no funcionan.
Jeff Bezos, otro apasionado de la escritura, obligaba a sus empleados a presentar un memorando sobre los temas que se iban a tratar en las reuniones, de forma que ese proceso obligaba a quien convocaba las reuniones a argumentar y desarrollar las ideas y posibles soluciones.
Tomar notas o el simple acto de escribir a mano materializa lo abstracto de una idea que «en su cabeza sonaba genial», en algo mucho más reposado y factible, por el simple hecho de que para escribirlo en un papel el cerebro ya tiene que procesar esa idea. Aunque al final termine en el cubo de la basura.
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Imagen | Flickr (TechCrunch)