OpenAI ha exigido a sus inversores algo insólito: no pueden meter dinero en otras empresas rivales de IA
Tras semanas de rumores y filtraciones, ayer OpenAI anunció oficialmente que había completado una ronda de inversión de 6.600 millones de dólares. Eso hace que la valoracion de la empresa ascienda a 157.000 millones de dólares, lo que la sitúa en una órbita estratosférica.
Esta gigantesca ronda de inversión es además significativa por varias cosas. Para empezar, es interesante establecer la comparación con la situación de otras startups de inteligencia artificial:
- Según algunos analistas independientes, OpenAI ha vendido tan solo una participación del 4% por esos 6.5000 millones de dólares, lo que hace que su valoración sea de los citados 157.000 millones de dólares. En total OpenAI ha «levantado» 17.900 millones de dólares. Como veremos, en realidad no ha vendido un cachito de la empresa, sino que ha prometido participación en futuros beneficios.
- En comparación, xAI, la empresa de Elon Musk, levantó 6.000 millones de dólares el pasado mes de mayo con una valoración de 24.000 millones «post-money» (18.000 millones «pre-money«). Para lograr esa ronda Musk tuvo que vender una participación mucho mayor, del 25%, que OpenAI.
- Anthropic ha logrado levantar 9.700 millones de dólares, una cifra muy elevada también, pero su valoración estimada es «tan solo» de 20.000 millones de dólares. Planea ahora levantar otra ronda con la que lograr que la valoración de la empresa se doble y llegue hasta los 40.000 millones de dólares, aún muy lejos de OpenAI.
Eso deja claro que hoy por hoy OpenAI sigue siendo la gran protagonista en el segmento de las startups de inteligencia artificial, pero aun así tiene retos enormes por delante. Entre ellos, su potencial transformación en una empresa con ánimo de lucro con la que abandonará el altruismo y esos fines humanistas con los que nació.
Pero es que además se ha revelado que OpenAI ha impuesto algunas condiciones muy especiales para que los inversores pudieran participar del potencial éxito de la empresa. La primera, la contraprestación para los inversores.
Normalmente en estas rondas lo que logran los inversores es hacerse con un cachito de la empresa, pero no en el caso de OpenAI. Los inversores no consiguen acciones ni participación en la empresa, sino un contrato con las que se garantizan una parte de las futuras ganancias de la empresa… si estas se producen. Es algo que nos recuerda a lo que logró George Lucas con Star Wars.
Puedes invertir en mí, pero solo si no inviertes en ninguno de mis competidores
La segunda condición especialmente destacada es aún más llamativa. Según indican en Financial Times, OpenAI pidió a sus nuevos inversores algo alucinante: que no inviertan en rivales como xAI o Anthropic. «Durante las negociaciones, la compañía dejó claro que esperaba un acuerdo de inversión exclusivo», explican en el diario económico.
Es una condición extraña en las rondas de inversión. Sequoia Capital y Andreessen Horowitz por ejemplo llevan tiempo invirtiendo en diversas startups de inteligencia artificial, incluyendo tanto a OpenAI como a xAI. Ninguna de esas dos firmas está ahora entre las participantes de la nueva ronda de inversión.
Pero en OpenAI pueden imponer sus condiciones. Al menos, de momento. La empresa es considerada por los inversores como la futura dominadora de la innovación en IA. Esa confianza en su teórico éxito absoluto ha provocado que haya una «sobresuscripción»: había tantos inversores que querían entrar en la ronda que OpenAI ha podido elegirlos y además ponerles condiciones como esta.
Según FT, algo similar ocurrió con Uber en el pasado. Las empresas que generan esta colosal expectación pueden exigir cosas que otras ni siquiera se pueden plantear en sus rondas de inversión. Elon Musk ya ha reaccionado a la noticia indicando que «OpenAI se ha convertido en el demonio».
Esa imposición de «no podéis invertir en nuestros rivales» incluye a cinco startups según India Times. Están Anthropic y xAI, sí, pero además está la nueva startup de Ilya Sutskever, Safe Superintelligence (SSI). Las otras dos son Perplexity y una startup llamada Glean orientada a la IA en las empresas.
La táctica de OpenAI le va a poner las cosas un poco más difíciles a todas sus competidoras, desde luego, pero especialmente a Anthropic y a xAI. Ambas, eso sí, cuentan con apoyos importantes. En el caso de Anthropic, tanto Google como Amazon ya han participado en rondas de inversión previas. En el segundo, Musk suele lograr financiación cuando lo necesita, como demostró su arriesgada adquisición de Twitter.
Estamos pues ante una táctica que vuelve a dejar clara la ambición de Sam Altman y de OpenAI. La empresa, como sus competidoras, está quemando el dinero como si no hubiera mañana. Ahora vuelve a tener margen de maniobra.
Veremos hasta cuándo.
Imagen | TechCrunch
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