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El nuevo juguete del cofundador de Google: 142 metros de lujo flotante por 450 millones de dólares que chocó contra una puerta

Los millonarios renuevan sus espectaculares yates de lujo cada cierto tiempo para, en la mayoría de las ocasiones, estrenar uno todavía mayor que el anterior. Serguéi Brin, cofundador de Google, está cambiando su famoso Dragonfly de 73 metros de eslora por un nuevo e imponente superyate que duplica su tamaño y se oculta tras el nombre clave de Proyecto AliBaba. Aunque todavía no ha surcado los mares, su cuaderno de bitácora ya cuenta con algunas anécdotas.

Proyecto AliBaba, el «accidentado» megayate de Brin. El fabricante alemán Lürssen, ha firmado algunos de los yates más grandes del mundo. Uno de sus últimos ejemplos es el Proyecto AliBaba, valorado en unos 450 millones de dólares. El superyate todavía no ha sido entregado, pero ya tiene una historia a sus espaldas.

En realidad, su dueño original no iba a ser el cofundador de Google, sino el multimillonario Leonid Mikhelson, un oligarca ruso de la industria del gas con una fortuna estimada en 27.400 millones de dólares. Los bloqueos impuestos por la comunidad internacional a las fortunas rusas, impidió completar la compra del Proyecto AliBaba. Eso permitió a Serguéi Brin adquirir el yate, según informaba el canal especializado The Yacht Report.

Por otro lado, este buque protagonizó un accidente en la salida del dique del astillero, cuando un fallo en el mecanismo de apertura de la puerta hizo que el yate chocara contra ella cuando iba a comenzar sus pruebas en aguas abiertas. Por suerte para Brin, el buque sufrió menos daños que la puerta.

Una preciosa obra de ingeniería. Tal y como informa el portal especializado Boat Internacional, el Proyecto AliBaba tiene 142 metros de eslora y se entregará a finales de año. Será el yate más grande jamás construido por Lürssen. En su interior se pueden acomodar hasta 24 invitados en 12 cabinas de lujo y necesitará una tripulación de 45 personas para operarlo.

El diseño exterior ha salido de los lápices del estudio de German Frers, mientras que el interior ha sido obra de Nauta Design, asegurando un nivel de lujo y calidad acorde a las expectativas de la fortuna de Brin. El yate podrá alcanzar una velocidad máxima de 20 nudos, y ya se ha posicionado como uno de los yates más impresionantes del mundo, comparable con el Rising Sun de David Geffen, el Octopus de Paul Allen o el Koru de Jeff Bezos.

Rusia se ha convertido en un chollo. Las incautaciones de yates y bloqueos de operaciones financieras a capitales de origen ruso se han convertido en un chollo para que los millonarios se hagan con superyates de lujo a precios rebajados.

Bien lo sabe el ex CEO de Google Eric Schmidt, que hizo una oferta por el Alpha Nero incautado en las islas Antigua y Barbuda por pertenecer al oligarca ruso, pero que terminó por desestimar por los problemas legales por dilucidar quién era su legítimo dueño.

Dragonfly en venta. El Dragonfly es el «buque insignia» de la pequeña flotilla de artefactos marítimos registrados a nombre de Brin. Con la llegada del nuevo superyate, el Dragonfly ha salido al mercado de segunda mano, siendo una de las principales atracciones del Monaco Yatch Show de 2024. Se trata de un yate con todos los lujos que se esperan de la octava mayor fortuna del mundo. Tiene 73 metros de eslora y está valorado en unos 30 millones de dólares.

En su interior cuenta con espacio suficiente para alojar a 18 invitados y 18 tripulantes. Ofrece lujos como un helipuerto en la proa, jacuzzi, sauna, gimnasio y una sala de cine al aire libre, además de alojar todo un arsenal de entretenimiento acuático como motos acuáticas y tablas de wakeboard, convirtiéndolo en un refugio para disfrutar de unas idílicas vacaciones en alta mar.

En Xataka | Los ultrarricos cambian tierra firme por un superyate durante el verano: Así son algunas de estas mansiones flotantes

Imagen | Lürssen Yatch, Xataka

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