"Europa es un 25% menos competitiva frente a China" y la industria del coche tiene claros los motivos: salarios y energía
Casi da igual dónde mires, la industria del automóvil en Occidente está en crisis. Y Europa es el mejor ejemplo de cómo fabricantes y compañías cuyo negocio está directamente asociados a la producción de vehículos no pasa por su mejor momento.
El último en dar su opinión ha sido, Christophe Périllat, CEO de Valeo. La compañía es uno de los principales proveedores de los fabricantes de automóviles, trabajando estrechamente con Renault en la producción de motores eléctricos sin tierras raras o con Stellantis en el suministro de los motores eléctricos de sus cuadriciclos ligeros, como los Fiat Topolino o Citroën AMI.
Esta empresa francesa da trabajo a más de 100.000 personas en todo el mundo y todos los ojos se pusieron sobre ella el año pasado cuando Périllat aseguró que habían abandonado la investigación en los motores de combustión. Entonces aseguraban que podían llegar a ser Top 3 de líderes mundiales en el suministro de motores eléctricos.
Ahora, Périllat ha vuelto a pasar por los medios y aunque asegura que no teme a la competencia China, se ha mostrado muy crítico con las decisiones que se han tomado en Europa en los últimos años.
Perdiendo competitividad
En una entrevista a Automobilewoche, el CEO de Valeo se ha mostrado especialmente crítico con las políticas europeas en las que, según su opinión, no se pone el suficiente empeño en obligar a China a que invierta dinero en nuestro continente.
“Estamos siendo testigos de una iniciativa china en Europa como nunca antes ha ocurrido, no sólo tecnológicamente, sino también desde el punto de vista financiero y en términos de precios», se puede leer en la entrevista donde señala que no aboga por «convertir a Europa en una fortaleza».
Europa debe exigir a las empresas no europeas que entren en el mercado que alcancen un nivel mínimo de creación de valor dentro de Europa. Y hay que recordar que, en Estados Unidos, ese valor mínimo de creación de valor es del 75%”.
Esto último, obligar a las compañías a realizar un volumen mínimo de inversión en Europa es, precisamente, lo que se está debatiendo en relación a los coches eléctricos. Los fabricantes chinos se planteaban utilizar kits de coches para montar en Europa como mecanismo para saltarse los aranceles pero es algo que la Unión Europa no parece estar dispuesta a aceptar.
Pero, además, desde Valeo vuelven a apuntar a los costes energéticos y los altos salarios como dos de los motivos más importantes por los que «desde 2020, Europa ha perdido el 25% de competitividad frente a China», en palabras de Périllat.
Estos dos pilares, junto a una ola inflacionista, han puesto a Europa ante «un desafío sin precedentes», en palabras del CEO de Valeo. Périllat no es el único que en los últimos días ha apuntado a los altos costes de fabricación en Europa como uno de los motivos más importantes de esta pérdida de competitividad.
Desde Volkswagen, que quieren cerrar tres plantas en Alemania y reducir los salarios un 10%, también han señalado los altos salarios como uno de los motivos de su crisis. Ford ya ha anunciado su intención de despedir a 4.000 empleados en Europa y Carlos Tavares, CEO de Stellantis, asegura desde hace tiempo que en Europa no podemos fabricar los coches que queremos comprar si buscamos un precio competitivo.
Hay que tener muy en cuenta que el problema de reducir la producción de los grandes fabricantes, como Ford, Volkswagen, Stellantis o Seat, en España, no se queda aislado en sus empresas. En Europa contamos con un enorme negocio que orbita alrededor del sector automotriz.
Michelin quiere cerrar dos plantas en Francia, Recaro (uno de los fabricantes de asientos más famosos y prestigiosos de Europa) anunció su quiebra el pasado verano. El sector del automóvil emplea directamente a 7,5 millones de personas en Europa pero, si contamos los empleos indirectos, la cifra se eleva hasta los 13.000 millones de trabajadores. Su volumen de negocio total alcanza el 8% del PIB, en cifras recogidas por CCOO.
Las informaciones que apuntan a una pérdida cuantiosa de empleos en Europa con el crecimiento del coche eléctrico son numerosas. Hace tiempo que los propios sindicatos avisan de que «el aprietatornillos» va a desaparecer, desplazándose el empleo a puestos más técnicos. En España, donde el sector del automóvil representa el 10% del PIB, perder competitividad en el mercado internacional de la fabricación de automóviles sería todo un problema.
Todo ello preocupa también de puertas para afuera de estas compañías. Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, entregó un informe a la Comisión Europea el pasado mes de septiembre en el que aseguraba que la Unión Europea se enfrenta a tres problemas principales: la creciente brecha de innovación con China y Estados Unidos, el problema del suministro energético y la dependencia de las importaciones en sectores estratégicos, según recogen en Cinco Días.
Foto | Volkswagen