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Con semanas de retraso, el vórtice polar ha despertado. Ahora se prepara el primer gran calentamiento súbito de la temporada

Cada año, en torno a septiembre, algo se mueve en el norte. A medida que el verano da sus últimos coletazos y el hemisferio se prepara para hibernar, el vórtice polar gana fuerza, crece, se expande. Este año no ha sido una excepción, pero sí es cierto que ha sido raro.

Tan raro que los meteorólogos están ciertamente interesados. Más aún cuando los modelos empiezan a dibujar un calentamiento súbito estratosférico para el 18 de diciembre.  ¿Qué está pasando por encima del paralelo 60 y por qué las agencias meteorológicas lo vigilan de cerca?

¿Qué es el vórtice polar? Si nos vamos a lo más sencillo y directo, el ‘vórtice polar’ es una corriente de fuertes vientos (oeste → este) que gira en torno a las grandes reservas de aire frío que se encuentran sobre los polos del planeta. Se forma en la estratosfera; es decir, a unos 16-48 kilómetros de altura.

A nivel metafórico, el vórtice polar es lo que encierra el frío del polo.

Crecer y decrecer. La lógica nos dice que, en verano, el vórtice se reduce hasta la mínima expresión y, aunque es cierto que nunca lo hemos visto desaparecer, se hace tan débil que pierde cualquier ascendencia sobre el tiempo del hemisferio.

Pero en invierno la situación cambia y lo hace de forma radical. Muy a menudo, durante el invierno el vórtice crece y, aunque «suele ser una criatura solitaria» e inofensiva, es habitual que se desborde y acabe afectando al resto del hemisferio. Eso es lo que parece que vamos a ver la semana que viene.

Un 2024 perezoso… .que empieza a coger velocidad Como explicaban Amy Butler (Laboratorio de Ciencias Químicas de la NOAA) y Laura Ciasto (Centro de Predicciones Climáticas de la NOAA), «hasta finales de octubre, los vientos estratosféricos a 60 grados de latitud norte eran mucho más débiles de lo normal». Sin embargo, en las últimas semanas su crecimiento ha sido enormemente rápido y, hoy por hoy, «los vientos estratosféricos ahora están muy por encima de la media para esta época del año».

Y eso ha despertado muchas suspicacias. Porque, como explican en Meteovigo, según el modelo GFS, muestra un calentamiento súbito estratosférico hacia el 18 de diciembre. Por ahora, el calentamiento no parecería tener más consecuencias; pero, teniendo en cuenta las consecuencias de una ruptura del vórtice, merece la pena prestarle atención.

¿Un calentamiento súbito estratosférico? Para entender bien este proceso es bueno recordar que la atmósfera es una «lasaña de capas de aire» y cada una de ellas sigue sus propias lógicas. Es decir, funcionan de forma bastante diferente e independiente.

Eso ocurre, de hecho, entre la circulación del aire en la troposfera (la que está más  pegada a la superficie) y la circulación en la estratosfera (la capa directamente  superior): están relacionadas, sí; pero, en lo sustancial, van cada una a lo suyo.

Durante los «calentamientos súbitos estratosféricos«, una parte de la troposfera se calienta rápidamente y, como consecuencia, invade la  estratosfera provocando una profunda alteración de la circulación a gran altura. Es decir,  durante algunos días, todo se pone patas arriba.

Rompiendo el vórtice. A veces, esa irrupción de la troposfera hace que el vórtice polar se debilite e incluso llegue a romperse. Si se rompe, el frío polar tiende a «desparramarse» por latitudes medias y bajas de la atmósfera. Y eso, puede dejar a cualquier país fuera de juego durante días. Al fin y al cabo, la megatormenta norteamericana que provocó temperaturas negativas en el Caribe a principios de 2023 o la tormenta Filomena que paró el centro de la península en 2021 tienen una cosa en común: las roturas del vórtice polar.

¿Qué podemos esperar? Ahora mismo no hay indicios de que la situación se vaya a descontrolar. De hecho, como explica Rubén Vázquez, «no se observa un desarrollo destacable». Es verdad que con este tipo de fenómenos nunca se sabe porque sus efectos se manifiestan en un futuro para el que nuestros modelos no son lo suficientemente precisos.

Eso sí, la evolución de los últimos meses muestra que allá en el norte la situación no es normal. Puede que no notemos nada extraordinario, pero es algo que puede marcar los próximos meses y hay que monitorizar.

Imagen | AER

En Xataka| El vórtice polar puede romperse durante los próximos días. Y ni España ni Europa están preparadas

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