Google ha declarado la guerra en el segmento de la realidad aumentada. Apple y Meta no van a ponérselo fácil
Terminamos fuerte el año. El anuncio ayer de Android XR por parte de Google y Samsung es dos cosas. La primera, una confirmación de que la realidad mixta y aumentada viven un nuevo momento dulce. La segunda, una declaración de guerra a las dos empresas que hasta ahora protagonizaban el mercado.
Apple y Vision OS. La primera competidora es, claro está, Apple, que lanzó a principios de año sus esperadas y llamativas Vision Pro con el sistema operativo visionOS. Esta plataforma estará únicamente disponible en soluciones de Apple, y se mantiene así la misma dualidad que existe en el mundo de los smartphones.
De momento el alto precio y la ausencia de una «killer app» clara para las gafas ha hecho que su éxito sea muy limitado y hasta Apple haya rebajado su ambición. Los rumores apuntan al desarrollo de una versión más asequible para mitigar el primer gran problema de las Vision Pro. No solo eso: también busca alternativas.
Meta y HorizonOS. La apuesta de Mark Zuckerberg por el metaverso está siendo un absoluto desastre en términos económicos, pero desde luego hay que admirar su tesón. Sigue apostando por un futuro plagado de gafas de realidad aumentada y mixta, y entre otras cosas ve a sus Meta Ray-Ban como un producto que todos acabaremos «vistiendo» y usando más incluso que el móvil.
El enfoque de Meta es peligrosamente similar de hecho al de Google con Android XR. La empresa anunció en abril la apertura de su sistema operativo Horizon OS a otros fabricantes, así que básicamente Meta quiere ofrecer el Android de las gafas de realidad mixta/aumentada. Microsoft (que curiosamente abandonó este mercado hace poco), Lenovo y Asus ya se han apuntado al carro, algo que es especialmente llamativo.
El reto de Android XR. El anuncio conjunto de Google, que incluía las prometedoras gafas del Project Moohan de Samsung, se centra precisamente en ofrecer las ventajas de Android, pero en el segmento de las gafas de realidad mixta y aumentada. Todas las demos mostradas por Google planteaban de hecho una experiencia casi idéntica a la que tenemos en nuestros smartphones, algo que puede ser desde luego una ventaja importante para impulsar su solución.
Pero Google ya abandonó esa idea en el pasado (dos veces). Uno de los problemas de este anuncio es que Google ya apostó por este mercado y acabó abandonando la apuesta. Lo hizo primero con las fascinantes Google Glass, y más tarde con las sorprendentes Google Cardboard y su Project DayDream. Uno tras otro, a pesar de la expectación y lo prometedor que todo parecía, Google fue matando esos proyectos.
Eso hace difícil acabar de fiarse del futuro de esta —no lo negamos— interesante iniciativa. Google tiene recursos de sobra para plantarse aquí con garantías, pero Apple y Meta parecen igualmente decididas a ganar esta particular guerra tecnológica. ¿Lo mejor de todo? Que esas batallas nos benefician a nosotros, los usuarios: a mayor competencia, mayor ritmo de innovación.