Estos demógrafos creen haber descubierto la forma de aumentar la natalidad: pagar a la gente para que se case
Según los demógrafos uno de los principales factores que están detrás de la caída de la natalidad en todo el mundo es que la gente no se casa. Y sí, soy consciente. A mi también se me ocurren un montón de contrargumentos, pero lo cierto es que «matrimonio y fertilidad se mueven juntas cn extraordinaria regularidad«.
Y, siendo así, se dicen algunos demógrafos, ¿por qué no pagamos a la gente para que se case?
¿Pagarle a la gente para que se case? La idea puede parecer una locura, pero se basa en un asunto bastante curioso: que los ingresos de los hombres predicen el número de matrimonios.
Es decir, en los lugares en los que los hombres ganan más, hay más matrimonios. No se tratata de una correlación extremadamente fuerte, pero sí que es muy clara (y, a poco que la corrijamos, gana fuerza). La pregunta es por qué.
¿Y el mercado matrimonial es, en realidad, un mercado de seguros? ¿Cómo? Como suena. Desde un punto de vista sociodemográfico, los maridos son una especie de polizas de seguro.
No quiere decir que las personas se casen solo por dinero: sino que lo que tradicionalmente el matrimonio ha sido una solución extendida a los problemas y disrrupciones que suponen tener hijos. Un proceso en el que, no hace falta ni decirlo, las mujeres corren más riesgos (de salud, sí; pero también laborales, sociales y económicos) que los hombres.
Aguantar a un marido (a alguien que pueda «reducir» el impacto de los posibles problemas que surjan) es en cierta forma como pagar un seguro: lo hacemos con mayor o menor gusto con la esperanza de contar con él si nos hace falta en el futuro.
Los hombres son muchas más cosas, claro. Sin embargo, como señala Lyman Stone, el salario suele ser un ‘proxy’ bastante bueno de muchas habilidades positivas de las personas.
Y, de hecho, funciona así aunque no seamos conscientes del todo. Es algo que se filtra culturalmente en nuestros juicios sobre los demás.
¿Pero qué ocurre si el seguro nos cubre cada vez menos cosas? Esa es la cuestión central: si miramos los datos de EEUU, podemos ver que «los ingresos de los norteamericanos están aumentando, pero este aumento está concentrado enteramente en las mujeres y/o las personas mayores de 40 años, no por los hombres» jóvenes. De hecho, «los ingresos reales de los hombres mostraron un crecimiento nulo o incluso una disminución en casi todas las edades por debajo de los 35 años».
A medida que la cobertura del seguro baja (los hombres pueden aportar cada vez menos) y las mensualidades se mantienen (porque, en fin, en los últimos 20 años la naturaleza de los matrimonios no ha cambiado demasiado), contratar la póliza (casarse) cada vez es menos atractiva.
Parece una tontería… pero como dice Lyman Stone, el efecto casual está ahí. «Cuando las mujeres ganan la lotería, hay poco o ningún efecto en sus tasas de matrimonio. Pero cuando los hombres ganan la lotería, se casan . En serio, ellos (compran casas y) se casan«.
No es el único factor, claro está: pero es sorprendentemente importante.
Y sorprendentemente fácil de solucionar. Porque los subsidios matrimoniales funcionan. Sobre todo, funcionan mucho mejor de lo que funcionan los subsidios a la maternidad.
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