Cuatro naciones se disputan una fruta que huele a huevos podridos. China la ha convertido en su fenómeno gastronómico
Pocas cosas son más representativas de los gustos de una nación que los ingredientes de una pizza. Por eso, cuando en noviembre contamos que una fruta oriunda del sudeste asiático (prohibida en algunos espacios públicos debido a su penetrante olor) estaba volviendo locos a los consumidores chinos hasta el punto de añadirla a la pizza, el durián adquiría otra categoría en la gastronomía de la nación. Es tal la demanda de la fruta, que hasta cuatro países luchan por enviarla.
Todos quieren la fruta. El durián, conocido por su penetrante aroma y su peculiar sabor, ha dejado de ser simplemente una fruta en China para convertirse en un fenómeno gastronómico y comercial. A pesar de la desaceleración del gasto de la clase media china, la demanda por este fruto prohibido en algunos sitios ha crecido sin freno, impulsando importaciones récord, el desarrollo de nuevas tendencias culinarias y una feroz competencia entre los países del sudeste asiático para abastecer el creciente mercado chino.
La transformación del durián. Como decíamos, el durián ha trascendido su estatus de fruta exótica para convertirse en una tendencia en el sector de la restauración en China, donde el concepto de «todo puede llevar durián» ha dado lugar a una proliferación de restaurantes temáticos. La innovación en torno a este producto ha llevado a la creación de platos inusuales como la hamburguesas de durián, hot pots de pollo con durián o incluso barbacoas de durián, que han ganado gran popularidad en redes sociales.
Para que nos hagamos una idea, el Douyin, la versión china de TikTok, hashtags como «durian barbecue» y «durian buffet» han acumulado más de 1.24 mil millones de visualizaciones, reflejando el entusiasmo de los consumidores chinos por nuevas experiencias gastronómicas centradas en la controvertida fruta. Es más, un restaurante en Shenzhen recientemente se hizo viral al ofrecer un bufé de más de 200 platos a base de durián de Malasia por 199 yuanes (27.39 dólares) por persona, lo que demuestra el auge de estos conceptos culinarios.
Crecimiento exponencial en China. En los últimos cinco años, la demanda de la nación por el durián se ha disparado, reflejándose en un aumento de más del doble en sus importaciones. En 2023, China importó 1.43 mil millones de kilogramos de durián, con un valor de 6.7 mil millones de dólares, cifra que en 2024 subió a 1.56 mil millones de kilogramos y 7 mil millones de dólares.
Este crecimiento ha sido impulsado por la apertura del mercado a nuevos proveedores y por el entusiasmo de los consumidores locales, quienes como decíamos, han incorporado el durián en una amplia variedad de productos gastronómicos. De ahí que uno de los símbolos más claros de esta fiebre sea el éxito de la pizza de durián con queso en el Pizza Hut de China, convertida en su producto más vendido. Incluso la CEO de Yum China, Joey Wat, bromeó en un foro global en Nueva York que aquellos que no disfruten de este manjar simplemente deben «salir» del restaurante.
El fin del monopolio tailandés: lucha a cuatro. Históricamente, Tailandia dominaba la exportación de durián fresco a China, representando hasta el 95% del mercado en 2022. Sin embargo, con la apertura del mercado chino a Vietnam en 2022 y a Filipinas en 2023, la dinámica cambió drásticamente. En 2024, Tailandia solo representó el 52% de las importaciones chinas, mientras que Vietnam capturó el 47.2%.
A este respecto, Filipinas y Malasia, aunque con participaciones menores, también han empezado a exportar durián fresco a China, aprovechando la flexibilización regulatoria. ¿Causas? La caída de la cuota de mercado tailandesa se debe a dos factores clave: el uso excesivo de tierras agrícolas, que ha disminuido la producción, y las olas de calor extremo, que han afectado la calidad del fruto. En contraste, Vietnam se ha beneficiado de su proximidad geográfica con China, lo que facilita el transporte terrestre y reduce costes logísticos.
Geopolítica del durián. Al final, el durián no solo es una fuente de ingresos para los agricultores del sudeste asiático, sino también una herramienta de diplomacia económica. De hecho, China ha utilizado la importación de durián como parte de sus acuerdos comerciales con países vecinos.
Un ejemplo de ello fue la aprobación, en junio de 2023, de la importación de la fruta fresca de Malasia, en el marco del 50 aniversario de relaciones diplomáticas entre ambos países. Para finales de ese año, Malasia había exportado 351 toneladas de durián fresco a China, consolidando su presencia en un mercado que anteriormente solo aceptaba sus productos procesados o congelados. Mientras, Indonesia, otro gran productor de durián, sigue buscando la autorización para exportar la fruta fresca directamente a China. Actualmente, solo puede vender pasta del fruto, un producto de menor valor, o enviar la fruta a Tailandia para su inspección antes de exportarla, lo que reduce sus márgenes de ganancia.
Durián “chino”. Y si te preguntas por qué demonios la nación china no se pone a producir su propio fruto si tanto le gusta, ya lo han intentado. Ante el crecimiento de la demanda y el alto coste de las importaciones, China ha tratado de cultivar durián en su propia tierra, específicamente en la isla tropical de Hainan.
¿El problema? Los resultados han sido desalentadores. Estudios recientes han revelado que los durianes cultivados en Hainan carecen de algunos de los nutrientes esenciales presentes en los frutos originarios del sudeste asiático, lo que ha generado dudas sobre su viabilidad comercial. Es ley de la naturaleza, la delicada combinación de temperatura, humedad y calidad del suelo necesaria para el cultivo de esta fruta parece ser difícil de replicar fuera de su hábitat natural.
Es el mercado, amigo. Sea como fuere, el inusitado apetito chino por el durián ha transformado la industria frutícola del sudeste asiático, consolidándolo como un producto de exportación de gran valor donde se libra una dura batalla por abastecer al gigante. Un fenómeno que ha reconfigurado las dinámicas comerciales, debilitando por el camino el dominio de Tailandia y abriendo oportunidades para Vietnam, Filipinas y Malasia.
Si se quiere también, la diplomacia del durián ha demostrado ser una herramienta estratégica en las relaciones comerciales de la nación china con sus vecinos, mientras que los intentos de producirlo localmente aún enfrentan desafíos significativos.