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NOVO Energy quería plantar cara a las baterías chinas para coches eléctricos. Ha terminado en manos de una empresa china

Punto y aparte para el culebrón de la gran esperanza europea en el segmento de las baterías para coches eléctricos. En el asalto europeo a la industria del coche eléctrico, Volvo y el fabricante de baterías Northvolt fundaron Novo Energy. Ambas eran suecas y se trataba de una join venture con el objetivo de producir baterías en Europa.

Parecía que todo iba a ser un camino de rosas, pero pocos años después y tras miles de despidos, Northvolt vende su participación en NOVO Energy a Volvo. Y detrás de Volvo está Geely, un importante holding chino.

Culebrón. Las cosas dejaron de ir bien para Northvolt prácticamente desde el principio. Durante los primeros años, el Banco Europeo de Inversiones, BMW, Goldman Sachs o Volkswagen invirtieron sumas de cientos de millones de euros en la compañía. La compañía sueca, fundada por dos exejecutivos de Tesla, se convertía en la gran promesa europea para crear baterías y ser el corazón de ese volantazo europeo hacia el coche eléctrico.

En un mercado cada vez más controlado por China, parecía una gran idea y todo apuntaba en el buen sentido. Además, junto a Volvo fundaron en 2021 NOVO Energy para producir las baterías tanto de Volvo como de Polestar. Sin embargo, las cosas se empezaron a torcer en 2023, cuando se destapó que la compañía había estado operando con unas pérdidas de 1.000 millones de dólares durante los primeros nueve meses del año. Y, en 2024, la situación explotó.

Último clavo en el ataúd. Todo sucedió muy rápido. Tras los retrasos en las fechas de entrega, BMW canceló su acuerdo de 2.000 millones de euros, se dieron una serie de muertes de empleados en turnos de trabajo, despidieron a más de 1.600 trabajadores en septiembre y, poco después, llegó la quiebra. En noviembre de 2024, Northvolt solicitó la protección por bancarrota, argumentando que tenían 30 millones en efectivo y, con ellos, sólo podían operar durante una semana más. El agujero que tenían era de 5.800 millones de dólares.

A perro flaco, todo son pulgas, y un día después dimitió uno de los fundadores, argumentando que la compañía necesitaría 1.200 millones de dólares para salvarse. Tras unos primeros días de 2025 en los que la compañía seguía buscando financiación, algo que nadie parecía dispuesto a hacer, llegaron las ventas. Incluso se rumoreó que CATL, el principal rival chino en fabricación de baterías, podía echar una mano.

Volvo. Tras desprenderse de algunos servicios, este 29 de enero nos enteramos de que la compañía sueca vendía su participación en NOVO Energy a su socio en esta aventura, Volvo. Es algo que no pilla por sorpresa, ya que, al igual que con BMW, Volvo vio que los planes de entrega de Northvolt no se estaban cumpliendo y en octubre del año pasado mostró su interés en adquirir la participación en NOVO.

La semana pasada, NOVO Energy anunció que debía reducir su plantilla en un 30% debido a “las cambiantes condiciones del mercado y a un plan de negocios modificado”. Northvolt quiere reducir costes todo lo posible y centrarse en su planta sueca, pero también han firmado un acuerdo con Volvo para explorar caminos de colaboración conjuntos en el futuro, por lo que no está todo perdido.

China se asoma a Europa. Por tanto, Volvo será ahora la que opere NOVO Energy, veremos si en solitario o con socios, pero lo interesante de toda esta operación es que, aunque Volvo es una compañía sueca que está en la bolsa de su país, la matriz es Geely, un holding chino. Están presentes en multitud de empresas y sectores, con una importante participación en Mercedes-Benz, Aston Martin o Lotus, así como copropietarios de Smart, Polestar y con una participación de más del 80% en Volvo.

Es curioso que Northvolt naciera para plantar cara a la industria china de las baterías y que la join adventure que tenía con Volvo para producir baterías en Europa, ahora, esté controlada por una empresa China, a falta de ver la resolución de las autoridades. Y todo esto, poco después de los aranceles impuestos por Europa al coche eléctrico chino.

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