Durante años las casas prefabricadas fueron el patito feo de la vivienda. Ahora el País Vasco cree que son su salvación
El País Vasco quiere más vivienda. Y tiene un plan para conseguirlo: apostar por las construcciones prefabricadas, un modelo que a lo largo de los últimos años ha ido ganando peso en el sector inmobiliario pero que —reconocen desde Euskadi— carga con la imagen negativa que todavía tiene lo «prefabricado» entre parte de la población. Para despejar dudas, tumbar prejuicios y sobre todo dejar clara su apuesta institucional, la semana pasada el Gobierno vasco presentó su ‘Libro blanco de la vivienda social industrializada’.
«Es fundamental derribar sesgos», reivindica.
Déficit de vivienda. El País Vasco necesita más vivienda. O así lo creen sus responsables, que hace poco estimaban que el ritmo de construcción actual resulta insuficiente y la región carga con un déficit de unas 1.500 casas anuales.
El problema no es solo ese desfase entre la creación de nuevos hogares y la demanda, sino en qué medida influye en un mercado que, según los datos de Idealista, ha visto cómo en cuestión de solo un año los precios de compraventa se elevaban casi un 7% y los del alquiler un 8% en Euskadi.
… Y «déficits estructurales». Hace unos días, al hablar precisamente sobre el mercado inmobiliario, el consejero de Vivienda y Agenda Urbana del Gobierno vasco, Denis Itxaso, advertía de otro «déficit» muy relacionado: el que arrastra la propia industria. «El sector de la construcción presenta déficits estructurales, como falta de mano de obra, retos relativos a la formación y profesionalización y una mayor velocidad en los procesos constructivos», reflexionaba.
La relación entre ambos problemas es evidente: los desfases en la industria afectan a su capacidad para aumentar la oferta y satisfacer un mercado residencial tensionado. «El desafío que representa la escasez y carestía de vivienda exige equilibrar el mercado con mayor oferta», aboga el responsable regional de Agenda Urbana. En su opinión, Euskadi debe dotarse de «su propia estrategia». Y precisamente por eso hace unos días el Ejecutivo presentó un documento: su ‘Libro blanco de la vivienda social industrializada’.
¿Qué estrategia es esa? El libro y el acto durante el que se presentó —en el que participaron Itxaso y el director de la sociedad pública de promoción de la vivienda protegida Visesa, entre otros cargos relacionados con el sector— sirvió para dar una pista de por dónde quiere ir el País Vasco.
Su Gobierno mira con especial interés las edificaciones «industralizadas», inmuebles que se crean con piezas previamente fabricadas en una nave en vez de siguiendo el método tradicional de levantar muros y forjados in situ.
«El camino para reducir plazos». Durante la presentación del manual, celebrado en Bilbao, se habló de sostenibilidad, digitalización, seguridad, mejora de las condiciones laborales, inclusión y también una fórmula que permita al sector «responder al déficit de vivienda y mano de obra».
«El ‘Libro blanco’ recoge ejemplos de buenas prácticas arquitectónicas, destacando cómo el uso de procesos industriales debe ser el camino para reducir los plazos de ejecución y minimizar el impacto ambiental», remata el Ejecutivo vasco en su comunicado sobre el acto. En la misma línea el director de Visesa apuntó que la industrialización es «fundamental» para edificar «vivienda de calidad».
Cuestión de desafíos. No todo son facilidades y camino despejado en el futuro de la vivienda prefabricada. Durante el acto se habló también de «las barreras administrativas, financieras y normativas que aún persisten» y el importante papel que juega la administración pública, sobre todo «asumiendo el rol» de promotor. Sin embargo si hubo un desafío para la industrialización en el que se puso el acento en Bilbao fue otro, uno distinto a las trabas burocráticas o las dificultades para conseguir crédito: la imagen.
Quizás se vean más casas modulares hoy que hace un par de décadas, pero la gran pregunta, sobre todo si queremos afianzar su peso en el sector, es… ¿Qué concepto tenemos de ellas? «Uno de los principales desafíos es la percepción ciudadana hacia lo que se considera ‘prefabricado’, a menudo asociado con menor calidad o provisionalidad», admite el Gobierno vasco en su comunicado, en el que curiosamente solo se usa una vez esa palabra: «prefabricado». El propio Itxaso asume que toca «derribar sesgos e ideas preconcebidas».
De la teoría… A la práctica, que la hay. Visesa habló también del desarrollo de una treintena de viviendas protegidas en Sopela-Asu, en la provincia de Vizcaya, utilizando precisamente «procesos constructivos industrializados».
En el sector llevan tiempo también expandiéndose las soluciones prefabricadas, industrializadas, modulares… Y aunque en España suponen aún una parte modesta del sector, en otras naciones, como Países Bajos, Alemania o Reino Unido, han conseguido hacerse con una presencia respetable. Algunas constructoras confían de hecho en que en unos años la industrialización sea parte significativa de sus ingresos.
A su favor no tienen solo el impulso del Gobierno vasco, que por otra parta ya ha dejado ver en otras ocasiones su apuesta por las viviendas industrializadas. A nivel estatal el PP se ha mostrado partidario también de fomentar esta clase de edificaciones para atajar el problema de la vivienda en España, siguiendo el ejemplo de países como Australia.
Imágenes | Wikipedia y Aedas Homes