Cataluña quiere triplicar el número de vehículos eléctricos. Ha puesto 1.400 millones de euros sobre la mesa para conseguirlo
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Salvador Illa, presidente de la Generalitat, anunciaba esta semana la movilización de más de 1.400 millones de euros hasta 2030 para su Plan de Impulso del Vehículo Eléctrico. Cataluña quiere liderar los objetivos de descarbonización impuestos por Europa, y tiene varias propuestas sobre la mesa para lograrlo.
“Tenemos la voluntad, tenemos el talento, tenemos empresas implicadas y tenemos una posición de liderazgo en el sector de la movilidad sostenible y de la automoción. Ahora toca tomar decisiones y adaptarnos con un gran grado de autoexigencia para aprovechar las oportunidades y captar futuras inversiones en tecnologías limpias y movilidad inteligente». Ha declarado.
El Plan está cimentado en cinco ejes clave, en los que se reflejan las medidas y actuaciones que se impulsarán desde la Generalitat.
Despliegue de la infraestructura de carga. El primer paso es crear un red de recarga que pueda soportar los ambiciosos planes de la Generalitat. Se quiere conseguir impulsando una red de recarga eléctrica «bien dimensionada y capilar, así como estimulando la demanda de puntos de carga (con incentivos financieros a empresas, instituciones y comunidades de propietarios).
No hay datos específicos sobre cuántos puntos de carga serán necesarios para tan alto objetivo, pero el Plan detalla que se garantizará la disponibilidad de potencia eléctrica suficiente mediante la modernización y ampliación de la red actual.
Impulso de la demanda del vehículo eléctrico. Sin duda, el objetivo más complejo del plan viene dado de la demanda del vehículo eléctrico. No puedes electrificar una ciudad si los conductores no quieren (o no pueden) pasarse al eléctrico. Cataluña quiere hacer más asequible la compra de vehículos eléctricos mediante ayudas, aunque no detalla cuáles serán.
Tratará de promover la transición industrial de la motocicleta de combustión, así como de incrementar el uso del vehículo eléctrico en flotas empresariales. Para ello, se desarrollará una línea de crédito con «condiciones ventajosas» para PYMES.
Se electrificará la propia flota de la Generalitat, y se bonificará el precio de los peajes para vehículos electrificados.
Mejora de la percepción del vehículo eléctrico. Un plan algo más ambiguo es el de mejorar la percepción actual sobre este tipo de vehículos. Cataluña invertirá en campañas para «sensibilizar a la ciudadanía», así como al sector empresarial.
Liderar la industria. Se propone potenciar la producción e innovación local en baterías, componentes electrónicos y soluciones de movilidad inteligente. Se pondrá el foco en atraer inversión extranjera, promover pruebas piloto de nuevas tecnologías y actuaciones de formación y fomento de talento.
Aliarse con lo privado. El Plan contempla una gobernanza «efectiva» mediante la coordinación con el sector privado. Se creará la Mesa del vehículo eléctrico, integrada por administraciones públicas, agentes privados del sector industrial y energético, y empresas de movilidad (instaladores de puntos de recarga, desarrollo de software, etc.)
Se pretende asimismo digitalizar al máximo los trámites y reducir la carga administrativa para facilitar y descentralizar competencias.
Una gran ambición, difícil ejecución. El gobierno catalán ha puesto sobre la mesa una iniciativa ambiciosa, en la que se pretende triplicar el ritmo de penetración del vehículo eléctrico, doblar el despliegue de puntos de carga y favorecer 150.000 matriculaciones de vehículos electrificados.
Cifras a alcanzar en un horizonte de menos de cinco años,
Imagen | Toyota
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