SpaceX ha dado explicaciones sobre el cohete que reentró sin control en Europa: otra vez una fuga de la segunda etapa

En lo que llevamos de mes, SpaceX ha completado nueve lanzamientos, ocho de ellos como parte de su despliegue rutinario de satélites Starlink. Todos fueron exitosos, pero la parte no reutilizable de uno de los cohetes acabó reentrando sin control sobre Europa. Al menos un depósito cayó en una planta industrial de Polonia, sin causar daños. Ahora SpaceX ha explicado qué ocurrió.
La cronología completa. El sábado 1 de febrero, un cohete Falcon 9 de SpaceX despegó desde la base de la fuerza espacial Vandenberg, en California. La primera etapa del cohete aterrizó con éxito por décimo séptima vez, en esta ocasión sobre la barcaza autónoma Of course I still love you, en el océano Pacífico.
Después de completar el despliegue de 22 satélites Starlink (Grupo 11-4), la segunda etapa no logró reencender su motor Merlin para desorbitar y siguió dando vueltas a la Tierra hasta desintegrarse por efecto del frenado atmosférico. Lo hizo sobre el norte de Europa el miércoles 19 de febrero entre las 4:46 y las 4:48 de la mañana.
A las 9:20, un empleado de una planta industrial en Polonia llamó a la policía para avisar de que encontraron «un tanque que había caído del cielo» en sus instalaciones. Fue identificado como un depósito de helio revestido de fibra de carbono que provenía de la segunda etapa del Falcon 9.
Tercer fallo en seis meses. SpaceX ha actualizado su web para ofrecer una explicación del fallo. Durante la fase costera de la misión (es decir, cuando el motor de la segunda etapa está apagado y el cohete se está desplazando por inercia en el espacio antes de llegar a un punto objetivo), se produjo una «pequeña fuga de oxígeno líquido». El tercer fallo de una segunda etapa del Falcon 9 en seis meses, a pesar de que esta parte del cohete no se reutiliza, siempre es nueva.
«En última instancia», explica SpaceX, esta fuga «provocó tasas de carga en el vehículo más altas de lo esperado. Como resultado, después de las operaciones de exploración de la misión, no se realizó encendido de desorbitación y el vehículo se pasivó con éxito en órbita para eliminar las fuentes de energía almacenada». En otras palabras, lo vaciaron de combustible para que no explotara, y se quedó orbitando la Tierra durante 18 días.
Una de cal y otra de arena. Por un lado, llama poderosamente la atención que sea el tercer fallo en la etapa superior de un Falcon 9 producida por una fuga de oxígeno, un problema que mantuvo a SpaceX en tierra durante 14 días el año pasado, para luego volver a volar sin inconvenientes.
Por otro, sigue siendo un fallo muy infrecuente para una compañía que lanza cohetes dos o tres veces a la semana, y que siempre desorbita de forma activa la segunda etapa. 115 de las 116 desorbitaciones propulsivas que SpaceX intentó en 2024 fueron exitosas.
Que los restos del cohete puedan caer en lugares poblados es precisamente la razón por la que se hace esta maniobra para dirigir la reentrada hacia el océano. SpaceX dice haber implementado ya nuevas mitigaciones para futuros vuelos mientras sigue evaluando la causa raíz de la fuente de la fuga.
Imagen | SpaceX, Adam Borucki