Un acantilado de Ibiza se había convertido en un imán de turistas. Los vecinos han decidido cerrarlo unilateralmente

Hace no mucho las autoridades de Fujikawaguchiko, un popular destino turístico situado al suroeste de Tokio, tomaron una decisión radical: hartos de ver cómo los visitantes se apelotonaban en uno de sus miradores más populares para sacarse selfies con el monte Fuji de fondo, entorpeciendo el tráfico y ensuciando la calle, optaron por instalar una gran valla que tapase el Fuji. Fuera vistas, fuera problema.
Entre Fujikawaguchiko e Ibiza hay unos 10.600 km, pero la isla balear se ha encontrado ante un problema parecido: la enorme popularidad de su mirador más icónico entre los turistas ha llevado a los dueños de los terrenos a tomar medidas. No han llegado a instalar una pantalla XXL para tapar las vistas como en Japón, pero se las han apañado para limitar el intenso flujo de visitantes y vehículos.
Un nombre: Es Vedrà. Que Ibiza es un destino popular entre los turistas no es ninguna novedad. Solo el año pasado visitaron el conjunto de las Pitiusas más de 3,6 millones de personas. Dentro de la isla sin embargo hay puntos especialmente concurridos, como «el mirador de Es Vedrà», un conjunto de parcelas de Cap Blanc y Es Savinar, que se han hecho enormemente famosas por sus vistas paradisíacas.
Los turistas lo visitan en masa, atraídos por las fotos que ven en redes o incluso en vídeos promocionales de las Baleares. Y eso se traduce, recuerda Nou Diari, en un caos de coches, basura, heces, picnics e incluso actividades comerciales que van desde la venta de bebidas a actuaciones de DJ o incluso la celebración de bodas. El problema es que las parcelas tienen dos peculiaridades. Una, están protegidas. Dos, son privadas. Y sus dueño están hartos tras años de avalancha turística.

¿Y qué han hecho? Tomar medidas. A lo largo de las últimas semanas la prensa regional da cuenta de cómo los propietarios de los solares, cansados de la avalancha de turistas y sus efectos, han decidido cortar por lo sano. Y eso se traduce en bloquear el acceso a los terrenos privados que se estaban usando a modo de aparcamientos con grandes rocas y vetar el paso de los visitantes al mirador y la torre des Savinar, otro destino popular entre los visitantes.
No se trata solo de que ya no puedan aparcar en la zona. Directamente no se permite el acceso a la explanada en la que miles de turistas buscan el selfie soñado, no importa si lo hacen en sus coches particulares o se desplazan en un taxi.
«Los vecinos están un poco hartos». El resultado es el cierre del acceso al principal aparcamiento de Cala d´Hort con permiso del Ayuntamiento y el acceso a pie en s´Era des Mataret, el mirador más concurrido durante las puestas de sol. «Como es normal, los vecinos están un poco hartos de que se esté usando su propiedad de una manera, yo diría, un poco salvaje», explica a Diario de Ibiza el alcalde Vicent Roig, quien reconoce además que dado el «deterioro» de la torre des Savinar y otros espacios era «necesario frenar el volumen de acceso».
«Se ha convertido en un mal mayor». Uno de los vecinos era aún más contundente al relatar a Nou Diari cómo la zona ha llegado a su estado actual. «Una propiedad pidió al Ayuntamiento legalizar el terreno como aparcamiento, pero no se le ha concedido y ha cerrado, mientras que el resto se han cansado de permitirlo», lamenta. «Se trataba de evitar que la gente aparcase en la carretera como un mal menor, pero se ha convertido en un mal mayor porque ahora aparca no solo en los aparcamientos, sino también en la carretera».
No faltan críticas tampoco a la publicidad que se ha dado el mirador, no solo en redes, donde ha protagonizado algún vídeo viral, sino por parte de los agentes que se han encargado de promocionar turísticamente a Ibiza en ferias de turismo y escaparates nacionales e internacionales del sector.
«No tendría que haberse convertido nunca en la finca de la foto», subraya en elDiario.es una propietaria antes de recordar que la situación no es nueva. «Llevamos años denunciando al Consell, Ayuntamiento, Gobern y Guardia Civil».
¿Y ahora qué? Esa es la pregunta que queda botando. ¿Qué hacer con el flujo de turistas que buscan el selfie o la foto del atardecer que han visto miles de veces en redes? Roig admite que de cara al verano quiere encontrar «una solución», al menos provisional. La idea es «reducir la presión», para lo que está trabajando mano a mano con Espacios Naturales. El reto no es sencillo: tras encontrarse «rota» la barrera que impide el paso de coches hacia s´Era des Maraet, el Ayuntamiento ha tenido que reforzarla.
Sobre la mesa está la posibilidad de abrir un aparcamiento regulado y de pago. La prensa local también apuntala idea de fijar una zona como mirador «oficial», cerca de la playa y con servicios como baños. «Intentaremos regular los flujos, que es nuestra misión como Ayuntamiento», avanza Roig: «Hay que tener muy claros los límites de hasta dónde se puede ir y nosotros trabajamos en distribuir estos flujos».
Imágenes | David Holderbach (Flickr) y Jordi nll (Flickr)