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Mis vivencias con el balón pt2

Estimados lectores, en esta mi segunda columna continuare relatando mi historia de amor por mis diablos rojos. Era 1988 y Bartlett, si el mismo nefasto personaje que hoy sigue vigente con la 4T se hacía famoso con “la caída del sistema” que llevo a Salinas de Gortari a la presidencia. Mientras la “polaca” era un caos, y acá nos ponían gobernadores interinos como Alfredo Baranda y Ramón Beteta, nosotros seguíamos yendo al estadio “15×15”. Mis diablos estaban igual, cambios y más cambios, jugadores iban y venían. Dentro de lo rescatable, llego “el loco” Hernández de la escuela del Distrito Federal, dos melenudos eran nuestros extremos, él y  “Larry” Olmedo por la izquierda eran dos verdaderos diablos. Se acababa de ir al San Lorenzo, el argentino Darío Siviski, apodado el “ruso” que era  como figura del equipo, pero apareció entonces uno de los pocos jugadores tolucos 100%” que ha destacado; el gran Jorge Rodríguez, toda una promesa con un cañón en  la pierna derecha que se consolido como estrella. Llego Roberto Masciarelli “el masha”, con su mini espectacular fiat rojo y quien no perdonaba esos tacos de tripa, que había en la esquina de Lerdo y Juárez. 

Nos emocionábamos cada año, pero no ganábamos nada. Finalmente llego 1989, en el equipo estaba el zurdito José de Jesús Mendizábal, acompañando a “Quique” Washington Olivera. En la defensa dábamos miedo y como no, si ahí estaba Octavio Becerril “el picas” terror de las espinillas contrarias, junto al él, el de San Mateo Atenco Toño Alcántara. En la liga dábamos pena, pero en la Copa si eramos diablos. Llegamos a la final contra la U de G. Al fin viviría mi primera final y no pude tener mejor compañía; mi Padre.

Casi nos da un infarto, estábamos perdiendo el juego uno cero. Don Nacho Trelles, QEPD en la banca de los tapatíos recurría a todas sus marrullerías para hacer tiempo, parecía que perderíamos pero en el último segundo de tiempo de compensación y yo ya casi con lágrimas en los ojos Quique Olivera empato el marcador. ¡fue la locura! Mi padre me abrazo, brincamos, nos besamos, gritamos y gritamos ¡Nos íbamos a los tiempos extras!  En el tiempo de reposición Jorge Rodríguez, anoto el segundo ¡No lo podía creer! Los de la U de G se pusieron furiosos, se volvió un concierto de patadas y expulsiones, ya no les importaba empatar, querían sangre. Una entrada salvaje de Alfonso Sosa, decreto la expulsión. U de G, se quedaba con solo 6 jugadores, cuando faltaban 10 minutos, así por reglamento NO se podía jugar más, el árbitro Arturo Brizio dio por terminado el juego. 

Recuerdo como ayer la vuelta olímpica del primer Toluca que vi campeón, ahí estaban; “el ‘venado’ Gutiérrez, “Mau” Gómez, “el picas’ Becerril, Toño Alcántara, Sergio Lagunas, “el capi” Pedro Munguía, Alejandro Solano, “el pitufo” Mendizábal, nuestro héroe Jorgito Rodríguez, Masciarelli y Enrique Washington Olivera. El “capi” Sanabria, era el técnico y repartía besos a la tribuna. Fue una tarde irrepetible, única, mi padre, sus amigos y toda la ciudad era una locura. ¡Éramos campeones!

Ya estaba marcado, era el más diablo de los diablos y a mis 15 o16 años soñaba con ser un gladiador como ellos. Ya entrenaba en las fuerzas básicas, y desde ahí fui testigo presencial del nacimiento de una de las grandes camadas que descubrió y mando el profe Becerra de Guadalajara. Mucho talento, mucha calidad, grandes promesas; Abundis, Enrique Alfaro, Chava Carmona, Jaramillo etc. extraordinarios jugadores, de las mejores personas TAPATIAS que he tenido el privilegio de conocer. Nosotros estábamos una categoría abajo, ahí estaba mi gran amigo y compadre Miguel, Manolo, Martinolli -si Christian la figura de la narración de tv Azteca y que no era tan tronco-  Pero llegar a la primera NO es para todos, no solo es calidad, cualidades y ganas. Ya les estaré contando esos secretos. 

Fue una etapa inolvidable, vivencias que me marcaron, que me motivaron a jugar del otro lado de la cancha, desde el escritorio, e imaginar que algún día podríamos ser parte del “club de toby” -frase del Sr. Ignacio Suarez “El Fantasma”- empezamos a escribir esta historia en el llano, para llevarla la siguiente página que fue el profesionalismo. En la siguiente columna les contare algunas otras vivencias de “mi” TOLUCA y nos introduciremos a ejemplos o esquemas reales de como he manejado mi club en la 3a división respecto a gastos, a la enorme responsabilidad de tener una casa club, a motivar y mantener ilusionados y comprometidos a los jóvenes futbolistas. Es precisamente ahí donde se tienen que enfocar estos proyectos. Hablaremos de los entrenadores que piden dinero, de esos falsos promotores que estafan a los padres y otros tumores malignos que se deben extirpar. Hasta la próxima.

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