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Este superdeportivo eléctrico de 1.000 CV es una aspiradora con ruedas. Y para demostrarlo lo han puesto a hacer el pino

«Es posiblemente uno de los coches más rápidos que haya probado jamás en curvas. Es como si llevase un imán que le pega al suelo y permite hacer las curvas a velocidades tan inusuales que incluso nuestro cuerpo ha de adaptarse».

Estas son las palabras con las que nuestro compañero Héctor Ares describía las sensaciones que le transmitía el Porsche Taycan en su primera prueba. Describía al coche eléctrico casi como uno de esos coches de Scalextric a los que no le has quitado el imán que lo pega al raíl por el que circula.

Esto es así porque el Porsche Taycan utiliza lo que la marca germana denomina Porsche Active Aerodynamics (PAA), un juego de aerodinámica activa en la que se canaliza el aire por los bajos del vehículo, se redirige allí donde se quiere (frenos, por ejemplo) y junto al alerón trasero ayuda a generar carga.

Esta carga es la que pega al coche al suelo, lo que le hace especialmente rápido en las curvas. Cuando un coche tiene muy poca carga, circula muy rápido en línea recta, puede alcanzar velocidades altísimas pero en curva es más inestable. Cuando tiene mucha carga, su avanzar es más dificultoso y necesita de mayor potencia para alcanzar la misma velocidad. En cambio, su paso por curva es rapidísimo.

En Imola, los pilotos de Fórmula 1 utilizan coches con mucha carga aerodinámica ya que las curvas son constantes. En Monza, al contrario, se utilizan coches con muy poca carga porque las rectas son larguísimas y las curvas son relativamente lentas. Eso sí, deben lidiar con la famosa Parabólica del final que pone freno a convertir los coches en auténticos cohetes.

Pero, ¿qué pasa cuando se utiliza la aerodinámica activa se lleva al extremo?

Un coche que es una aspiradora

Para entender de manera muy sencilla cómo funciona la aerodinámica activa, basta con observar el funcionamiento del DRS en la Fórmula 1.

Un coche de Fórmula 1 tiene una carga aerodinámica seleccionada por sus ingenieros en función del circuito en el que se va a competir. Ésta tiene en cuenta, como decíamos, las curvas y las rectas del circuito. Pero cuando un piloto abre el DRS, la parte móvil del alerón trasero se desplaza hacia arriba. De esta manera, deja pasar más aire, pierde carga (y resistencia) y el coche avanza más rápido. Cuando el piloto frena, el alerón cae y vuelve a tener más carga para pasar la curva a mayor velocidad. Digamos que tiene «más imán» en el suelo.

En los años 70, la aerodinámica activa estaba prohibida en la competición pero Colin Chapman se sacó un as bajo la manga con el Brabham BT46B. Puso en su parte trasera un ventilador, alegando que servía para refrigerar el estresado motor. Sin embargo, cuando se ponía en marcha generaba una fortísima carga aerodinámica y permitía al monoplaza pasar a una velocidad altísima la curva. Era como un coche de Scalextric con un imán.

MC

El McMurtry Spéirling poniéndose boca abajo

Eso mismo es lo que ha copiado el McMurtry Spéirling. Este coche eléctrico se ha convertido en toda una sensación porque combinando las ventajas del coche eléctrico con un peso liviano ha conseguido aproximarse a lo que podíamos esperar de un cohete con ruedas.

Este vídeo en el que se ve al McMurtry Spéirling quitándole las pegatinas a un Ferrari LaFerrari ya se hizo viral. Y es que el pequeño eléctrico bate a cualquiera porque consigue acelerar de 0 a 100 km/h en 1,4 segundos. Una cifra imposible de alcanzar si no es con un motor eléctrico y una gestión muy profunda del control de tracción.

Mide 3,5 metros de largo, 1,7 metros de ancho y 1,1 metros de alto y con sus apenas 1.000 kg de peso le saca todo el rendimiento posible a una batería de 60 kWh. Con ella consiguió hacerse con el récord de subida a la colina de Goodwood, un circuito estrecho y que dificulta el paso a los vehículos de motores de mayor tamaño de gasolina que necesitan estructuras más anchas.

Ver aparecer al McMurtry Spéirling es como ver una aspiradora funcionando a plena potencia. Tanto que a pleno rendimiento genera un ruido ensordecedor de 120 dB, algo comparable con el despegue de un avión visto a 25 metros. Pero lo verdaderamente llamativo, como explican nuestros compañeros de Motorpasión son los 2.000 kg de carga que puede generar.

Dado su contenido peso, esos 2.000 kg de carga le permiten hacer el pino. Sus creadores han querido demostrar hasta qué punto se le puede sacar rendimiento a su sistema de una manera diferente: pegándolo al techo. Boca abajo, el coche genera tanta carga aerodinámica que puede mantenerse sin caer al suelo, sólo utilizando su efecto suelo.

Lo consigue porque, igual que el invento de Chapman en la Fórmula 1, tiene una turbina que funciona a demanda. Esta turbina succiona el aire bajo el coche y lo pega al suelo (en este caso al techo), lo que hace que se mantenga boca abajo como si tuviera un imán. Es lo mismo por lo que cuesta mover más una aspiradora a plena potencia que uno o dos grados por debajo.

De momento, sabemos que solo 100 afortunados podrán disfrutar de un coche que recientemente batió el récord del circuito de Top Gear en más de tres segundos. Un récord que tenía el Renault R24 de Fernando Alonso, el monoplaza con el que corrió en el año 2004 y que montaba un brutal V10 que también sonaba espectacular… aunque distinto a esta (sí, se puede decir) aspiradora con ruedas.

Foto | McMurtry Automotive

En Xataka | Sólo hay una manera de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de un segundo: con un coche eléctrico, claro

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