En Brasil, Bolsonaro desatiende la pandemia, prioriza su agenda, confronta a los poderes, encabeza marchas y, sin dar resultados, mantiene a sus fieles, que, sin cuestionarlo, le dan su voto de confianza. Así hace giras, anuncia el fin del conteo oficial y se confronta con los gobernadores. Los muertos parecen no importarle, para él el Covid-19 no tiene derecho a obstaculizarle su proyecto: que muera el que tenga que morir.
Brasil es un ejemplo del actuar errático, irresponsable e indolente que los gobernantes populistas han empleado en todo el mundo. Estrafalarios que retan a las instituciones nacionales e internacionales, como Trump, Boris Johnson y Bolsonaro, han hecho de la pandemia un mecanismo para afianzar sus proyectos. Así es que se consolida el nacionalismo populista en el Planeta.
México, evidentemente, no es la excepción a la regla, al contrario, quizás es el país que, solamente después de Brasil (y digo “quizás”), peor ha manejado la pandemia y en el que se ha tratado con mayor desinterés la salud y la vida de los ciudadanos. En México, el presidente López ha llevado este teatro a extremos ridículos, que van desde el exhibir un detente, hasta el declarar una “Nueva Normalidad”, en momentos que las cifras de contagios y de muertos todavía no llegan a su punto máximo.
Así surgió, en el “La Mañanera” del lunes, este documento que el vocero (que no es vocero) presidencial presentó, mismo que habla de “La Boa”. Un documento que fue supuestamente filtrado por una fuente anónima, en el que se señala a diversos actores políticos y sociales de emprender una estrategia para debilitar al presidente. Lo que sonó a chiste, es un tema muy grave, pues con esta declaración López expuso la lista de sus enemigos. Debemos entender algo: Si fuera una filtración de origen desconocido, no verificada, sería un acto de irresponsabilidad exponerla; pero de comprobarse que el documento salió de la Secretaría de Gobernación, hablaríamos de una estrategia para polarizar y seguir causando división y una tensión electoral innecesaria; máxime cuando se señala a consejeros del INE y a ministros del TEPJF de ser parte del “complot”.
Del mismo modo en que afirmó que había “domado la pandemia”, que le “vino como anillo al dedo” la crisis del Covid-19 y del que aseguró que “no mentir, no robar, no traicionar, ayuda mucho para que no dé el coronovirus”, este tema de “La Boa” le “divierte”, pues distrae al público de los temas importantes, que son: las crisis del sector salud y la económica que se avecina. Los líderes populistas crecen en la polarización, no necesariamente por dar resultados, y frente a una pandemia que ya le ganó la batalla a López y una crisis económica que se agudiza, misma que ya existía, recordemos que en 2019 decreció la economía (nada de que «tan bien que íbamos»), el fabricarse enemigos y el favorecer desencuentros, como lo hizo su gente en Jalisco, exhibe el que será su modus operandi.
En fin, exijamos resultados y no caigamos en el juego de la polarización.
David Agustín Belgodere