Que el susto de ayer fue protagonizado por un sismo perceptible en el Estado de México y dejó una enorme grieta en el municipio de Metepec en uno de esos hoteles que parecen interminables y que prácticamente han visto crecer a los ciudadanos. Pero no falto que salieran a obtener raja política, porque la alcaldesa de este municipio Gabriela Gamboa salió a la estructura para cotejar que era habitable y que no representaba peligro a la población. Eso si, astutamente responsabilizó del dictante de protección civil al gobierno estatal, pero por lo menos casi casi se le vio trabajar.
Otro que también tuvo problemas fue el alcalde Almoloya de Juárez, Luis Maya Doro, quien lamentó que el ayuntamiento tuviera que ser clausurado por los daños que sufrió por el movimiento telúrico. La falta de mantenimiento del edificio fue uno de los factores y daños de temblores anteriores.
Que sobre este incidente, quien está reprobada es la secretaría de seguridad encabezada por Maribel Cervantes Guerrero porque su propia dependencia admitió que 224 altavoces no funcionaron durante el sismo. Pudieron alertar a más gente y si la tragedia hubiera sido más delicada ¿qué pretexto habría puesto? ¿Piensa que sería suficiente con un “no sirven por falta de mantenimiento”?
Que ayer el fiscal Alejandro Gómez Sánchez anunció en redes sociales la muerte de un Policía de Investigación cercano a él porque formaba parte de su primer círculo de colaboradores. Sin duda el covid-19 sigue arrasando en el Estado y ha trastocado a la población de manera muy visible y lastimosa.
Que hablando de coronavirus, el secretario de salud Gabriel O’shea Cuevas llamó una vez más a la ciudadanía a atender las recomendaciones en la materia y evitar en la medida de lo posible salir si no se hace con el cubrebocas, instrumentos que analizan sea obligatorio porque las cifras de contagio por el virus son irrefrenables. Deberían de sancionar a la gente que ni lo traen porque es necesario frenar esta tasa de mortalidad.
