En el marco del Día Internacional del Orgullo LGBTTI, aún no hay respuestas suficientes para garantías y derechos de este sector
Por: Guillermo Rueda
En los últimos tres meses de este año, los crímenes de odio en el Estado de México se han disparado a datos de terror para la comunidad LGBTTI, convirtiendo a esta entidad en el quinto lugar a nivel nacional en este tipo de delitos. 34 de los 50 crímenes de odio registrados en el 2020 han sucedido durante la cuarentena.
Cabe destacar que de acuerdo con el Observatorio de Crímenes de Odio de la organización Letra S, Sida, Cultura y Vida Cotidiana, la cifra de crímenes en contra de los miembros de este sector de la sociedad podría ser mayor, ya que actualmente la entidad no cuenta con una estadística oficial sobre este delito.
Lo anterior debido a que estos crímenes no son calificados por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) por su objeto sino por el sexo natural de estás personas, además de que en muchos casos no salen a la luz, puesto que para las personas les es aún difícil abrir sus preferencias a la sociedad.
En el marco del Día Internacional del Orgullo LGBTTI, que se celebra casa 28 de junio, y a 30 años que la Organización Mundial de la Salud (OMS), dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad mental, los pendientes continúan, pues las garantías y derechos de este sector aún están en el olvido.
De acuerdo con el titular de la Asociación Fuera del Clóset, Ernesto Montes de Oca, es en el núcleo familiar el principal desarrollo de violaciones a los derechos humanos de la comunidad, derivado de la no aceptación de los miembros.
Estás violaciones familiares se traducen en bulling, extorsión, detenciones arbitrarias y el sometimiento a pseudoterapias de conversión que en ocasiones incluye el sometimiento a violación.
Fuera de los hogares, el sexting, crímenes sexuales, agresiones físicas, discriminación laboral, extorsiones, más bulling e incluso los homicidios redundan el la lamentable cotidianidad de la comunidad LGBTTI, aunque también hay casos de familiares culpables de homicidio calificado como crimen de odio.
Montes de Oca señaló que todo lo anterior produce una carga emocional bastante fuerte, lo que, en concordancia con la UNESCO se refleja que una persona de la comunidad LGBTTI tiene cuatro veces más probabilidades de atentar contra su propia vida que una persona de su misma edad, pero heterosexual, debido al estigma social.
Esto deja abierto a creer que la sociedad y las autoridades mexiquenses no están dispuestas a abrir sus ideales y leyes a nuevos horizontes, pues no está preparada para cambiar el estigma que ha afectado a la comunidad LGBTTI.