«Ataque a medios, parte de una tendencia al autoritarismo de AMLO»
CIUDAD DE MÉXICO, octubre 7 (EL UNIVERSAL).- México enfrenta una grave crisis de libertad de expresión que preocupa no solo por los efectos que puede tener para la democracia, sino porque forma parte de una tendencia al autoritarismo, a la polarización, a debilitar las instituciones, incluidos los medios de comunicación. Al mismo tiempo, los medios son actores claves para hablar de lo que ocurre en el país y de las elecciones de 2021, que pueden cambiar el rumbo.
Marieclaire Acosta, exdirectora de Freedom House México; Héctor Aguilar Camín, director de la revista «Nexos», y Jorge Castañeda, excanciller, escritor y articulista, coincidieron en estos temas durante su participación en el webcast «Libertad de Expresión y la Prensa bajo la administración de AMLO», organizado por el Wilson Center y moderado por Azam Ahmed, corresponsal del diario «The New York Times» para México y Centroamérica.
Duncan Wood, director del Instituto México en el Wilson Center, aclaró que se buscó al gobierno mexicano para que participara, sin tener éxito.
La situación de la prensa no sólo no ha mejorado, sino que ha empeorado bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, evaluó Acosta.
Cuestionados sobre la diferencia entre el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y sus predecesores, los panelistas coincidieron en que, aunque las presiones a los medios no son algo nuevo, las administraciones de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón recibieron muchos más ataques de parte de la prensa y no respondieron como lo está haciendo la actual.
«La actitud del gobierno y el presidente es de contener, amedrentar, disminuir, callar o modular la opinión crítica que su gobierno está recibiendo», dijo Aguilar Camín.
«Siempre ha habido en la prensa mexicana una parte que le dice al gobierno lo que no quiere escuchar y del gobierno ha habido una razonable tolerancia para esas islas de opinión independiente, crítica, mordiente, dura. La diferencia entre AMLO y anteriores presidentes es que no tiene esa tolerancia a la crítica. No es capaz de aguantar ni 10% de lo que aguantó Peña Nieto», comentó y agregó que la prensa «demolió» la imagen del ex presidente priista.
Por su parte, Jorge Castañeda recordó sus enfrentamientos con Calderón y sostuvo que «nunca, en sus seis años, a pesar del mutuo y recíproco desacuerdo, tuve ninguna presión del gobierno para que detuviera mis publicaciones o dijera algo diferente». En cambio, añadió, López Obrador «estigmatiza individuos y sus publicaciones. Hay muchos casos. ‘Nexos’ es un caso icónico, emblemático, pero lo ha hecho con Reforma, recientemente atacó al Financial Times por un editorial».
Acosta se refirió al tema de la publicidad oficial, que consideró «una de las causas de extrema vulnerabilidad de los medios» porque muchos dependen de ella y por eso los gobiernos la han utilizado históricamente como forma de presión. En el caso específico de la administración que encabeza López Obrador, se dijo preocupada por el impacto del ataque de AMLO y de algunos gobernadores a los medios.
«Es el presidente polarizando a la sociedad. Y esto es más peligroso que los ataques oficiales porque también la sociedad estigmatiza y eso puede llevar a violencia», reflexionó.
Los tres panelistas dijeron que las elecciones intermedias de 2021 pueden ser clave y cambiar el rumbo del país. Acosta y Camín indicaron que, si bien el presidente goza de una gran popularidad personal, cuando se pregunta a los ciudadanos sobre sus acciones, la opinión cambia.
«Hay un desfase de la aprobación de su persona y su gobierno», apuntó Acosta.
«Ningún gobierno puede presentarse a unas elecciones después de haber caído 10% del PIB, de haber crecido en 12 millones su población de pobres, con una pandemia mal administrada, donde puede haber hasta 300 mil muertos; con pérdida de empleos, de ingresos, de recursos de clase media, y ganar. Sería la excepción de la historia global de las elecciones. Creo que si no va a sufrir una derrota aplastante, sí van a ser unas elecciones en las que van a equilibrar mucho el poder que tiene. Y eso es todo lo que necesitamos: que los votantes que lo trajeron a esa posición lo devuelvan a una posición de un presidente con los contrapesos que debe tener en una democracia».
En ese escenario, Castañeda enfatizó que los “medios mexicanos tienen que tratar de ser tan objetivos como sea posible en su cobertura de las elecciones».
«Eso no es fácil, no estamos acostumbrados a eso. No es simple porque reciben enorme cantidad de dinero del gobierno. Ha sido una relación muy protectora, no es algo nuevo», previó.
En ese sentido, resaltó el papel que pueden jugar las investigaciones publicadas por la prensa extranjera y las redes sociales.
«Tienen una enorme responsabilidad porque, así como ayudan a que personas aprendan, también son elemento para manipular. Muchos lo creen y lo hemos visto en la pandemia», matizó.