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Grillas y otros chismes

Por: El Husmeador

En esta columna no emitimos opinión alguna solo comentamos las notas selectas de chismes de la grilla y los acontecimientos más importantes en los periódicos, las redes sociales y medios electrónicos.

• El brazo ejecutor de la feroz ofensiva contra la Corte.

• Rescatar la política.

• El día D, próximo 4 de junio.

• Crecimiento cero para México en sexenio de AMLO: Esquivel.

En radiopasillo se dice que ayer el gobierno de Sheinbaum enseñó de dos maneras que son el brazo ejecutor de la feroz ofensiva de López Obrador contra la Corte. Por un lado, a la hora de reportar la asistencia a la marcha ciudadana #LaCorteNoSeToca, la Secretaría de Gobierno, que encabeza Martí Batres, dijo que contó solo dos mil personas en la movilización que ayer tuvo lugar en las calles del Centro Histórico. No es la primera vez que Batres deja ver no sólo su parcialidad y radicalismo como servidor público de la ciudad, sino sus deficiencias con las matemáticas, pues ya en la primera marcha en defensa del INE, el 13 de noviembre pasado, se aventó la ridiculez de decir que solo habían asistido 15 mil personas, cuando los videos aéreos y los conteos extraoficiales llegaron a calcular más de 300 mil asistentes. Ayer lo volvió a hacer y minimizó con su cifra a la movilización en defensa de la Corte, exhibiendo así la animadversión del gobierno capitalino a todo tipo de manifestaciones que no sean las de sus simpatizantes. Y esa fue la otra exhibida para Sheinbaum y su gobierno. Resulta que a los manifestantes del Frente Internacional Obradorista, que llevan semanas bloqueando la entrada de la Corte e intimidando y amenazando al personal del Poder Judicial, a los ministros y a la prensa que cubre su plantón, ayer con el argumento de que querían “evitar enfrentamientos” con los participantes de la marcha ciudadana, los policías granaderos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana los sacaron protegidos de su plantón, los subieron a un camión de la dependencia y los trasladaron hacia el rumbo de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, en donde los bajaron y trataron con todo comedimiento. O sea que entre Martí y Omar García Harfuch dejaron ver que su jefa es la verdadera instigadora, financiadora y protectora de los grupos radicales que amenazan incluso de muerte a las ministras y ministros. Todo con tal de quedar bien con ya saben quién y que la siga viendo y cuidando como su “corcholata” favorita.

Concluye una semana agitada en términos de información, que prefigura la dinámica y narrativa que predominarán en los próximos meses. Temas económicos y políticos no faltaron, abrieron debate y siguen siendo hoy en día discutidos y referidos por diversos actores, medios y líderes de opinión. Por encima de todo, la cuestión electoral y la confrontación partidista son evidentes. En diez días se llevará a cabo la jornada electoral en Coahuila y Estado de México, comicios en los cuales está concentrada la atención de los partidos y de los medios, y que eventualmente podrían reconfigurar un mapa político con una cromática cada vez más uniforme. Pero, además, en esta agenda la reforma al poder judicial, la división y equilibrio de poderes son temas capitales, no solo por ser la narrativa, sino por sus implicaciones y consecuencias. A veces la lógica electoral simplifica sobremanera asuntos que son más complejos de lo que parece. Más allá de la polémica que deriva de la competencia entre partidos, deberían ser temas para una reflexión más profunda. Es tiempo de rescatar la política y dejar a un lado la “politiquería”, como se ha sugerido con tanta insistencia. La pluralidad y diversidad son consustanciales a la res publica y por esta todos los actores –empezando por gobierno, partido en el poder y demás partidos– deberían, por igual, contribuir a esa empresa. Como señaló Aristóteles, “donde muchos están, cada uno tiene su parte de virtud y prudencia, y reunidos viene a ser la multitud como un solo hombre dotado de muchos pies y muchas manos, y así también en el carácter y la inteligencia”.

A tambor batiente cerraron su campaña las dos candidatas al gobierno del Estado de México: la morenista Delfina Gómez y la aliancista Alejandra del Moral. Ambas vaticinaron en Toluca su triunfo el próximo cuatro de junio. Si bien las encuestas siguen presentando una ventaja para la candidata de Morena –quien en este estado sí estuvo arropada por el PVEM desde el inicio– todo indica que efectivamente ésta se ha ido cerrado; algunas las presentan cerca de los cinco puntos de diferencia y otras poco más arriba, apuntando a los 10. Lo cierto es que el domingo, el Día D, se verá la verdadera fuerza de las estructuras priistas y panistas; el PRI, sobre todo, deberá echar mano de toda su experiencia, fuerza y recursos para que sus simpatizantes salgan a votar, lo mismo que Morena. Ese día se verá de qué están hechos los operadores de Atlacomulco y los de Texcoco, porque las encuestas no votan. Este cierre sera cardiaco ya que aunque los números dan ventaja a Delfina en los últimos días se he escuchado a diversos políticos y analistas señalar que, si los ciudadanos que no están en las encuestas salen a votar masivamente en las elecciones del próximo domingo en el Estado de México, es posible derrotar a Morena y sus aliados, al margen de que lo que digan esos números. ¿Qué significa salir a votar masivamente? ¿Por qué suponer que una mayor participación electoral se traduciría en una mayor votación para Alejandra del Moral? Para poder contestar a estas interrogantes es de utilidad observar el comportamiento de las últimas elecciones en la entidad.

El ex subgobernador de Banxico Gerardo Esquivel señaló que la economía de México tiene un problema estructural, ya que ha habido 40 años de estancamiento, insuficientes en términos per cápita que no social ayuda a reducir brechas de desarrollo ni a implementar política. “Los pendientes que deja este gobierno: un crecimiento casi nulo durante este sexenio, con coyunturas importantes como una pandemia global”, apuntó al considerar que el crecimiento ha sido bajo en la administración de AMLO, las decisiones tomadas por el gobierno en el actual sexenio están generando incertidumbre y alejando las inversiones, advierten especialistas. Estos incidentes incluyen el decreto de «ocupación temporal» de tramos ferroviarios, requisitos para la venta de bancos, consultas para reubicar instalaciones fabriles y cancelaciones de permisos. Esto podría inhibir las inversiones nacionales y extranjeras en México. Expertos señalan que las decisiones gubernamentales que generan incertidumbre jurídica y la aprobación de leyes que ahuyentan las inversiones han sido frecuentes durante la administración de AMLO. La falta de certidumbre jurídica y las intervenciones gubernamentales afectan negativamente la atracción de inversiones y frenan el desarrollo económico.

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