Tras una lesión y sin apoyos económicos, Jessica vio cerca su retiro; hoy, tras cosechar triunfos, sueña con París 2024
El retiro es una etapa que le toca vivir a todo deportista de alto rendimiento. La nadadora artística Jessica Sobrino estuvo cerca de poner fin a su carrera de 23 años por una lesión en el hombro y la falta de apoyo económico, pero algo le decía que “todavía no era el momento”… Y ese pensamiento no le falló. Hoy, presume dos medallas de oro obtenidas en la Copa del Mundo y se ha convertido en una de las atletas que alza la voz ante las autoridades.
“Sí lo llegué a pensar [el retiro], aunque el sueño es más grande, quiero ver cómo termina mi carrera deportiva y —sobre todo— quiero llegar a los Juegos Olímpicos París 2024, aportar a mi equipo y compartir eso con ellas”, declaró, en exclusiva a EL UNIVERSAL Deportes.
Sobrino tuvo que cumplir con una rehabilitación de seis meses tras ser intervenida de un hombro. En ese lapso, se le notificó que ya no recibiría la beca económica, así que desconocía si podría llegar en condiciones óptimas a la Copa del Mundo en Egipto; al final, lo logró y regresó del certamen con dos preseas, a las que considera de las más valiosas en su carrera.
“Tal vez, sí [son las más importantes], porque yo no sabía si iba a competir en la Copa del Mundo por mi lesión y por los recursos económicos. Ha sido un año complicado para mí y me da mucha satisfacción haber competido, haberlo logrado, pese a todos los obstáculos que se presentaron”, puntualizó.
Jessica recordó que la recuperación fue la fase más complicada, por los cambios que presentó su cuerpo.
“Al principio, mi brazo perdió volumen, quedó súper flaco. Entonces, tuve que recuperar la masa muscular y fuerza que necesitaba, fue aprender de nuevo a mover el brazo. No podía cargar ni un vaso de agua, sí estuvo difícil”, agregó la nadadora de 29 años de edad.
Jessica Sobrino agradece el apoyo de entes privados que les dieron «mayor confianza» en su preparación
Jessica Sobrino forma parte de la Selección Mexicana de natación artística, que en los últimos meses se ha convertido en un ejemplo de lucha y perseverancia ante la falta de recurso económico por parte de Conade.
La atleta recordó cómo fue el proceso de pasar de la incertidumbre a tener el apoyo de más entes privados.
“No sabíamos cómo íbamos a juntar un millón de pesos [para ir a la Copa del Mundo], porque no se consiguen de un día a otro. No lo hubiéramos logrado sin la ayuda de Fundación Telmex”, explicó a EL UNIVERSAL Deportes.
Una vez que tenían costeado su viaje a Egipto, marcas deportivas se acercaron para equiparlas y así sólo se concentraron en el aspecto deportivo; por eso, Sobrino agradece el apoyo, ya que el éxito de regresar a México con cuatro medallas (tres de oro y una de bronce), también se debe a esa gran solidaridad.
“No saben lo valioso que fue para nosotros, porque no tener que preocuparnos por cómo uniformar a todo el equipo y cómo cubrir los gastos que normalmente se tienen, fue de gran ayuda”, apuntó la mexiquense.
Jessica tiene 23 años dedicados a la natación artística y considera que ir con el respaldo de entes privados le generó una serenidad distinta: “Me sentí más arropada. Iba muy tranquila, sabiendo que teníamos todo cubierto”