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Esta es la «música» que el universo produce, según la NASA: las galaxias que observamos también pueden ser escuchadas

La forma tradicional de ver los objetos en el espacio es a través de múltiples telescopios, que pueden detectar distintos tipos de luz, aportando así información sobre lo que se está observando.

Ahora la NASA ha revelado un nuevo lote de «sonificaciones«, hechas a partir de datos astronómicos de los objetos en el espacio, que toma la información capturada por los telescopios (en su mayoría invisible a la vista humana) y la traduce en notas musicales y sonidos para escucharlos en lugar de verlos.

En específico la agencia utiliza los datos de longitudes de onda particulares de luz detectadas por el telescopio James Webb, el Hubble, el Spitzer, además de por el Observatorio de rayos X de Chandra.

Estrellas que emulan cuencos tibetanos

Empezando por el sistema R Aquarii, que cuenta con dos estrellas, una enana blanca y una gigante roja orbitando entre sí, se combinaron datos del Hubble (en color rojo y azul), que revela estructuras que son evidencia de estallidos generados por el par de estrellas en el centro de la imagen, mientras que los datos de Chandra muestran un chorro de la enana blanca golpeando el material que la rodea y creando en el proceso ondas de choque.

Para este sistema se decidió utilizar un escaneo similar al de un radar en sentido de las agujas del reloj, empezando a las 12 en punto. El volumen cambia en función del brillo de las fuentes de luz visible y en rayos X, mientras que la distancia desde el centro determina el tono musical, donde las notas más altas son las más alejadas.

Los golpes que se escuchan en las cuatro esquinas es producto de las «puntas de difracción» en su observación por el telescopio, mientras que se escuchan los chorros de la enana blanca cuando el cursor se desplaza entre las «dos y las ocho». De forma adicional, los arcos en forma de cinta que el Hubble capturó, suenan emulando los cuencos tibetanos, mientras que los de Chandra parecen más un ronroneo «sintético y ventoso».

Cinco galaxias hechas marimba

El siguiente objeto en ser sonificado es el Quinteto Stephan, donde cuatro galaxias se mueven alrededor de la otra mantenidas por la gravedad, mientras una quinta se encuentra en el marco de la imagen, aunque a una distancia muy distinta. Este aprovecha observaciones del James Webb (en rojo, naranja, amarillo, verde y azul), combinándolos con datos del Spitzer (rojo, verde y azul) junto a los de Chandra (azul claro).

Aquí la sonificación empieza en la parte superior y va escaneando la imagen hacia abajo, donde a medida que se mueve el cursor, el tono cambia en relación al brillo.

A las galaxias de fondo y estrellas en primer plano en las capturas del Webb se les asignan diferentes notas de una marimba de vidrio sintético, mientras que las estrellas con picos de difracción se reproducen como símbolos de choque. Las galaxias de esta formación se escuchan cambiando gradualmente sus frecuencias a medida que el escaneo pasa por encima de ellas.

En caso de los datos de Chandra, estos se representan como una onda de choque que ha sobrecalentado el gas de la formación a millones de grados.

La galaxia sombrero en sintetizador

Por último la NASA también mostró cómo es la sonificación de la galaxia Messier 104, o M104, que se ubica a unos 28 millones de años luz de la Tierra, siendo de las más grandes del cúmulo de Virgo.

En esta observación combinaron los datos del Spitzer (arriba), que en vista infrarroja muestra un anillo de polvo que rodea la galaxia y atraviesa el polvo que oscurece la imagen de luz óptica del Hubble (en medio).

También ve un disco de estrellas oculto dentro del anillo de polvo, mientras que con Chandra se puede ver el gas caliente de la galaxia y sus fuentes puntuales, una mezcla de objetos dentro de M104 y cuásares en el fondo. Además, con los rayos X se muestra una emisión difusa que se extiende por aproximadamente 60,000 años luz desde el centro de M104.

Cada una de estas observaciones recibe un instrumento diferente. En el caso de los rayos X, suenan como sintetizador, mientras que los infrarrojos de Spitzer son cuerdas y la luz óptica de Hubble tiene tonos de campana.

En este caso, el núcleo de la galaxia, sus carriles de polvo y brazos espirales, además de las fuentes de rayos X son características audibles en la sonificación, es decir, que las fuentes más brillantes en la imagen corresponden a las frecuencias más fuertes y más altas.

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