ANÁLISIS
Tomás Flores Rosales
• Política en gobierno mexiquense.
• “Todo a su tiempo, ni antes ni después”, ensayan morenistas desde el poder total.
• Tercia texcocana: uno por uno, una por una, a ritmo de un “gobierno de sombra” .
Dentro de un año a esta hora , Andrés Manuel López Obrador , ya no será Presidente de México y , a Delfina Gómez Álvarez, le restaría menos de 5 años en Palacio estatal de gobierno, por lo que nadie , absolutamente nadie podría negar que en política se cumple al pie de la letra el viejo adagio de que “no hay plazo que no se cumpla”.
Y eso lo habrán de vivir , experimentar o sufrir las y los actuales actores que dirigen el gobierno mexiquense no acostumbrados a las reglas “no escritas” que suelen perseguir a los entes con poder, sobre todo a quienes sin darse cuenta que en la vorágine de la lucha por el poder seis años no son nada .
De tal suerte que hizo bien Delfina Gómez Álvarez el pasado fin de semana en lo relativo de acompañar al presidente de la República , Andrés Manuel López Obrador , con singular alegría , con esa emoción que la empuja a repetir frases hasta cierto punto aderezadas con aroma de folclor regional como lo es vamos “requetebien” que le festejan a la gobernadora sus incondicionales seguidoras y seguidores .
No así a la alcaldesa morenista de Tecámac , Mariela Gutiérrez Escalante, quien no supo controlar sus emociones y le besó la mano a AMLO, generando polémica en las redes sociales .
Lo cierto es que al Presidente de la República aún le anima una sutil actitud en lo concerniente a que su pupila Delfina Gómez Álvarez continúa aprendiendo en dos forzadas vertientes :
1.- En la que le atañe a la política, y
2.- En la que le atañe a la administración pública .
Este punto dos bien podría circunscribirse al oficio en el sentido que Delfina Gómez Álvarez aún no lo tiene, pero que se está esmerando, quizá , con resultados en breve parecidos a una especie de curso intensivo de un año , por lo que justamente dentro de 12 meses su mentor, maestro y guía ya no estará en Palacio Nacional cuyo bastón de mando – dice él – ya no le pertenece desde este momento, por lo que la maestra mexiquense debe ponerse a las vivas para enfrentar una nueva realidad que hasta hoy le es distante : la de saber gobernar sin tutor .
Y es que para nadie es un secreto en los núcleos del conocimiento político estatal que a Horacio Duarte Olivares y a Higinio Martínez Miranda , no les incomodaría tomar el control gubernamental del Estado de México cuando el tabasqueño ya no vigile desde Palacio Nacional .
Lo van a lograr, pero todo a su tiempo, ni antes ni después , a ritmo de tercia texcocana :
A.- El primero de la tercia, Horacio Duarte Olivares, debe apresurarse a saber controlar la política interna del Estado de México a fin de evitar que una crisis intempestiva lo agarre mal parado y como consecuencia ofrezca carta de naturalización a la secretaría que preside en lo relativo a que se trata de la más densa , de la más sensible , de la más de alto riesgo para quien aspira a suceder a la gobernadora o gobernador en turno, pero dominándola sin sobresaltos y sin incidentes graves ya lleva medio cuerpo dentro del despacho principal de la sede del Ejecutivo estatal .
B.- El segundo de la tercia texcocana, Higinio Martínez Miranda, debe aplicarse a sus funciones de dar fondo y forma al gabinete delfinista a tientas pues la férrea austeridad franciscana lo va traer a raya aun cuando al senador con licencia la política, la grilla o la “tenebra” las sabe administrar y podría llevársela de a “muertito” si no le autorizan presupuesto hasta que se acerquen los “tiempos” referidos líneas arriba de este análisis .
C.- La tercera de la tercia texcocana , Delfina Gómez Álvarez, ya está en el ajo , como lo comentan las huestes morenistas en sus pláticas de altos vuelos futuristas , por lo que lo único que le queda a manera de urgencia es no despegarse a su gurú político, Andrés Manuel López Obrador, durante los menos de 12 meses que le restan en Palacio Nacional, incluso hablarle en corto al Presidente de la República para auto despejarse de dudas venideras circunscritas a cómo le podrá hacer para construir a su sucesora o sucesor dentro de MORENA mexiquense.
No se trata en este análisis de atizar el futurismo, sino de empatar con la velocidad que impone la política, como la que en este lunes ya experimenta Andrés Manuel López Obrador, quien, en menos de 365 días , una fecha como hoy, ya no será nada, se habrá de ensayar entonces en tierras mexiquenses a la distancia el “viva el Rey, muera la Reyna … “